Días antes Dmitri Kiseliov, director general del grupo mediático Rossiya Segondya, que también ejerce como presentador del programa televisivo del canal Rossiya 1, Vesti Nedeli, afirmó que la Iglesia Ortodoxa podría reconsiderar su actitud ante el alquiler de vientre, práctica que un representante de la congregación comparó con una "visita al supermercado".
"La Iglesia está en contra de la maternidad subrogada, no es más que un tipo común de prostitución, nosotros no prohibimos la adopción de niños", dijo Kovalevski, que además ocupa el cargo de secretario general de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia.
"La Iglesia Católica enseña que la animación [unión del alma con el cuerpo] ocurre en el momento de la concepción, por eso el embrión cuenta con todos los rasgos de una personalidad humana y todos sus derechos, no puede ser percibido como un objeto de manipulación o de compraventa", subrayó el sacerdote.
Kovalevski denunció que la maternidad subrogada toma en cuenta solo los intereses de los adultos, además de destruir la familia.
"La Iglesia apoya el instituto de la familia como la unión de una mujer y un hombre, único e indisoluble", recordó el cura, agregando que solo ellos pueden convertirse en el padre y la madre del futuro niño.
El metropolitano Ilarión, jefe de Exteriores de la estructura eclesiástica rusa, declaró la víspera, al comentar las palabras de Kiseliov, que, "si se decide que para los fines demográficos todos los medios son buenos, el alquiler de vientre puede ser el preámbulo de la clonación de personas".
"El nacimiento de un niño es un objetivo muy justo, pero no cualquier medio para lograrlo puede ser justificado", recalcó el clérigo ruso.