Por haber creado unas pajitas —también conocidas como pitillos y popotes— Itzel Paniagua y Alondra Montserrat López ganaron el primer premio del Concurso Universitario Feria de las Ciencias, la Tecnología y la Innovación.
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Las dos jóvenes relataron que se inspiraron en el deseo de hacer algo por el medio ambiente y que se dieron cuenta de ello en plena oleada de videos que mostraban el daño causado por el plástico.
"¿Por qué no hacer algo que pueda ayudar al medio ambiente y que nos beneficie a todos, y de ahí con trabajo llegamos al final?", dijo Alondra.
Los popotes que fabrican son un poco más gruesos que los de plástico y marrones. También huelen un poco a mango, pero no afectan al sabor del líquido que se absorbe con su ayuda, destacan las jóvenes.
Por ejemplo, solo en la ciudad de Buenos Aires se usan dos millones de popotes al mes en cafeterías y centros comerciales, lo que equivale a tirar 1,7 toneladas de plástico. De hecho, por esta razón el Gobierno de la capital argentina prohibió la expedición de los de plástico, igual que lo hicieron varios países del mundo.