La Declaración de Brasilia, firmada por los gobernantes de los cinco países emergentes, cita los conflictos de Yemen, Sudán, Corea del Norte y Libia, pero evita referirse a Venezuela y Bolivia, por las diferencias entre la postura de Brasil, por un lado, y de China y Rusia, por otro, ambas aliadas importantes del Gobierno de Nicolás Maduro.
La declaración mantiene las tradicionales referencias de defensa del multilateralismo, pero incorpora menciones a la soberanía y a la independencia de las naciones en relación a las organizaciones transnacionales, algo del gusto de Brasil.
Más allá de la declaración conjunta, la cumbre también sirvió para aproximar a más de 500 empresarios que participaron en el Foro Empresarial de BRICS con los presidentes Bolsonaro, de Brasil, Vladímir Putin, de Rusia, Cyril Ramaphosa, de Sudáfrica, y Xi Jinping, de China, y el primer ministro de India, Narendra Modi.
"La comunidad empresarial es lo que mueve a los BRICS", dijo el presidente chino Xi en ese encuentro, pidiendo profundizar los vínculos entre los países del bloque.
El lema del encuentro, "Crecimiento económico para un futuro innovador", era muy amplio y denotaba un interés por centrarse más en temas económicos que en la agenda política, según la mayoría de especialistas.
La cumbre, sirvió, en todo caso, para celebrar reuniones bilaterales entre el presidente Bolsonaro y el resto de líderes.
La más destacada fue con Xi, puesto que China es el principal socio comercial de Brasil y ambos están en una fase de acercamiento después de algunas declaraciones de Bolsonaro que generaron malestar en Pekín hace meses.
En un tono radicalmente distinto, el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, aseguró estar conversando con China sobre la posibilidad de un área de libre comercio.
El NBD, uno de los logros más concretos de los BRICS, abrirá estos días en São Paulo su primera oficina en Latinoamérica, y fue objeto de una leve crítica de Bolsonaro, que pidió corregir un desequilibrio que perjudicaría a Brasil.
De los 45 proyectos de financiación ya aprobados por el NBD tan solo cuatro son brasileños, por un monto global de unos 1.400 millones de dólares, dedicados sobre todo a áreas como logística, infraestructuras y sostenibilidad.
En el encuentro entre los líderes de los BRICS con los responsables del NBD también tuvo un protagonismo destacado el Consejo Empresarial, una especie de órgano consultor que entregó un informe con 23 recomendaciones para generar un mejor ambiente de negocios en los países.
"BRICS coronados de éxito, gracias por la misión, que Dios bendiga a Brasil", escribió en Twitter.
La cumbre tuvo momentos relajados, como cuando la primera dama brasileña, Michele Bolsonaro, salió a bailar con la esposa del sudafricano Ramaphosa, Tshepo Motsepe, en el palacio de Itamaraty (sede de la Cancillería), según se puede ver en un video compartido por el mandatario brasileño en sus redes sociales.
El encuentro también estuvo marcado en su primera jornada por la invasión de la embajada de Venezuela en Brasilia, cuando un grupo de simpatizantes del opositor Juan Guaidó entró en la sede diplomática de madrugada reivindicando su legitimidad y solo la abandonó horas después.
Diputados de partidos políticos brasileños de izquierda criticaron duramente la irrupción en la embajada y alertaron de la voluntad de aprovechar el escaparate de la cumbre del BRICS para generar repercusión internacional.
Al margen de este incidente, la cumbre se celebró sin sobresaltos y bajo estrictas medidas de seguridad; más de 10.000 efectivos, entre soldados, miembros de la Fuerza Nacional y agentes de la Policía Militar del Distrito Federal vigilaron las principales vías de la capital brasileña.