"Acogemos con alarma la dramática evolución de acontecimientos en Bolivia, donde una oleada de violencia desatada por la oposición impidió agotar el mandato presidencial de Evo Morales", declaró el ministerio.
"Hacemos un llamado a todas las fuerzas políticas de Bolivia para que actúen de forma responsable y sensata, busquen una salida constitucional para recuperar la paz y la tranquilidad, restablezcan la gobernanza en las instituciones del Estado, garanticen los derechos de todos los ciudadanos y el desarrollo económico y social del país, con el que nos une una relación de amistad, interacción constructiva y cooperación mutuamente ventajosa", consta en la declaración.
El Ministerio de Exteriores ruso expresó también la esperanza de que la comunidad de naciones, incluidos los Estados latinoamericanos, influyentes actores fuera de esta región y organismos internacionales, también asuman una actitud responsable ante lo que sucede en Bolivia.
La renuncia se produjo poco después del anuncio de nuevas elecciones generales, y en la misma fecha en la que auditores de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sugerían repetir la votación en Bolivia ante la imposibilidad de validar la victoria de Morales en los comicios del 20 de octubre pasado.
La dimisión de Morales desató una situación de vacío de poder e inseguridad con acciones de vandalismo, saqueos, ataques a domicilios y cortes del agua potable en la noche del 11 de noviembre.