Últimamente, los medios internacionales han dedicado sus espacios a la entrada en vigor en Rusia de la "Ley de internet soberana" que ha causado ya tantos debates tanto dentro como fuera del país.
Las autoridades rusas consideran que la nueva ley es imprescindible para garantizar un funcionamiento estable del segmento ruso de internet en caso de intentos exteriores de perturbar la red en Rusia. Y así lo han presentado desde el principio…
Sin embargo, nuestros colegas de los medios europeos parecen tener un punto de vista diametralmente contrario y sin evasivas denominan la nueva ley como "ley mordaza". "El Kremlin refuerza su control sobre internet con una nueva ley mordaza de la red", titula la edición en español de Euronews.
Ahora esta ley técnicamente entra en vigor, pero no aparece de la noche a la mañana como pretenden decir algunos de nuestros colegas en sus reportajes…
Hace mucha ilusión ver cómo los medios se han enterado de que los rusos "están desinformados o incluso ignorantes de esta iniciativa legal". El corresponsal para en la calle dos o tres peatones y les pregunta si saben algo de la nueva ley para "aislar la internet rusa". Francamente, la pregunta no es correcta porque para un ruso simplemente no existe una ley para "aislar la internet rusa", tiene otro nombre por el cual se conoce.
Otra razón de que la "respuesta generalizada" sea "ni idea" consiste en que la nueva ley no tiene ninguna repercusión inmediata clara, por lo menos, a corto o medio plazo sobre la vida cotidiana de los rusos. Por eso la mayor parte realmente considera que no les afecta…
También dice que sus detractores ven en la ley la última vuelta de tuerca para amordazar internet. Pero algunos medios van todavía más allá diciendo que el Kremlin se prepara para desconectar de internet a los rusos. "Rusia: el Gobierno ya podrá desconectar de internet al país en caso de amenaza", titula France 24 en español.
Aunque esta crónica y el anterior reportaje de Euronews parecen como dos gotas de agua, de repente vemos que hay una importante diferencia.
Que los ciudadanos rusos a los que la corresponsal está preguntando en las calles de Moscú sobre la nueva ley sí que la conocen en contra de lo que decía Euronews. Más aun, la conocen en detalle, hasta poder concluir que se trata de una amenaza a la libertad de internet.
Es un buen ejemplo que demuestra que es arriesgado hacer conclusiones generalizadas a partir de unas cuantas entrevistas en la calle. Incluso si no son unas cuantas, no siempre los resultados son de fiar.
Según la última clasificación de la libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, Rusia ocupa el puesto 149 de un total de 180 países, tras caer un puesto "debido a las presiones a la prensa independiente", según esta organización internacional.
¿En qué datos o cálculos se basa esta clasificación? ¿No será un resultado de entrevistas en la calle?
"La OSCE aboga por la libertad de prensa y seguridad de periodistas en Rusia", titula a una de sus crónicas de esta semana la agencia EFE.
Es algo que DW ha negado rotundamente.
Sin embargo, Rusia sostiene, y parece que con razón, que DW llamó a los seguidores de su servicio en ruso a participar en una manifestación no autorizada en Moscú.
Lo más destacado de esta crónica es que el responsable de libertad de prensa de la OSCE pida a los países de la organización que "respeten" a los medios rusos, en particular los medios públicos, que en muchas ocasiones tienen problemas para acreditarse a eventos fuera de Rusia.
Es decir, que tal vez el problema no solo está en Rusia… Precisamente, esto es lo que dice esta semana la misma televisión alemana Deutsche Welle. "La libertad de expresión está en peligro", titula a una de las crónicas publicadas en su página web.
Pero esta vez el titular no se refiere a Rusia, sino a propia Alemania.
No es un artículo de RT ni de Sputnik, sino un artículo publicado por la televisión pública alemana Deutsche Welle. El autor se refiere a varios casos recientes que confirman su tesis. El caso de Bernd Lucke, el fundador del partido populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), es particularmente extremo, sostiene. Su disertación sobre Economía solo pudo llevarse a cabo bajo vigilancia policial.
El autor del artículo compara el caso de Lucke con el del exministro democristiano Thomas de Maizière. Su planeada clase magistral en la Universidad de Gotinga fue cancelada a causa de un bloqueo organizado por una agrupación de izquierda. "Si ya ni siquiera en las universidades se puede debatir abiertamente, ¿a dónde hemos ido a parar?", se pregunta Deutsche Welle.
Es importante saber no solo qué personas o grupos no pueden hablar libremente en público, sino también cuáles son estos "ciertos temas" que prefieren evitar los alemanes. Pare tener la respuesta no hay más remedio que volver a citar el artículo publicado por Duetsche Welle.
No solo los alemanes se convierten en víctimas de semejante situación. Los medios y periodistas rusos, en particular algunos medios estatales, acusados de promover la propaganda rusa en Europa, a menudo se convierten en víctimas de una verdadera caza de brujas. Incluso tienen problemas para acreditarse a algunos eventos en el extranjero.
Y la causa es la misma: se atreven a tocar temas incómodos con enfoques que no cuadran con la línea dominante en la sociedad europea.
Si el espectro se hace demasiado pequeño, porque los que piensan diferente tienen miedo de expresarse, la sociedad se vuelve indolente, sostiene el periodista alemán. De esta manera, la sociedad se está despojando a sí misma de uno de los derechos fundamentales de la democracia: la libertad de expresar puntos de vista diferentes que a veces resultan incómodos.
No hay más remedio que aplaudir al autor del artículo por semejante conclusión...