"Sendas cadenas nacionales del propio Presidente de la República citando nombres, rostros, de dirigentes del correísmo, acusándolos directamente, sin tener ninguna prueba, de instigación, de rebelión; a mí me parece que eso es gravísimo y que eso debería estar investigando en estos momentos la Asamblea Nacional: cómo es que el presidente (…) puede hacer una acusación tan grave", dijo Rivadeneira mediante una comparecencia, vía Skype.
Por Skype también comparecieron los legisladores Carlos Viteri y Sol Buendía, del mismo movimiento político, que junto con Rivadeneira se encuentran en calidad de protegidos en la Embajada de México, en Quito.
Los legisladores afirmaron que fueron amenazados desde hace mucho tiempo y por eso pidieron protección al gobierno Mexicano pues no han tenido respuesta de las autoridades pertinentes.
Buendía aseguró que durante dos años ha recibido amenazas a su vida y un permanente acoso mediático, y señaló que mientras siga en peligro su vida continuará bajo la protección del gobierno mexicano.
Viteri, mientras tanto, señaló que ante "las condiciones de enorme inseguridad y ausencia de garantías" por la serie de allanamientos que se realizaron el 14 de octubre decidió acogerse al asilo.
Durante las movilizaciones y protestas hubo saqueos y destrucción de bienes públicos y privados, vandalismo y una serie de hechos violentos, incluida la quema del edificio de la Contraloría de la Nación, hechos sin precedentes en la historia del país.
Según la Defensoría del Pueblo de Ecuador, durante las protestas fallecieron 11 personas, hubo 1.192 aprehensiones y 1.340 heridos.
Datos del Ministerio de Gobierno dan cuenta que durante las jornadas de protesta 42 ambulancias fueron agredidas, 435 policías heridos, 202 retenidos, 26 unidades de Policía Comunitaria destruidas y 108 vehículos policiales afectados, algunos de ellos incinerados.