"Es difícil imaginar que, por un lado, ustedes estén tratando de lograr un acuerdo comercial y, por otro, estén utilizando, en particular, el tema de los derechos humanos para acusarnos. No creo que esto ayude a concluir con éxito las negociaciones comerciales", dijo Zhang Jun.
Agregó que China aboga por "mantener cualquier conversación a base de la confianza mutua, el respeto mutuo y la igualdad, cualquiera que sea el tema de la discusión, si bien el comercio o los derechos humanos".
Durante la sesión, un grupo de 23 países, incluidos EEUU, el Reino Unido, Alemania, Letonia, Lituania y Estonia, expresó su preocupación por la detención o abuso de uigures, kazajos u otros miembros de grupos minoritarios musulmanes en Xinjiang, China.
Los Estados pidieron a China que preste el acceso a la zona para la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
A su vez, la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, declaró que "EEUU condena la detención arbitraria de más de un millón de uigures y miembros de otras minorías en Xinjiang".
A principios de octubre, Washington introdujo restricciones de visas contra funcionarios del Gobierno de China y del Partido Comunista por supuestas violaciones de los derechos humanos contra los uigures y otras minorías étnicas que viven en la región autónoma Uigur de Xinjiang.
Pekín expresó a Washington su protesta contra esas sanciones, al declarar que "las restricciones impuestas por EEUU violan gravemente las principales normas de las relaciones internacionales, es una injerencia en los asuntos internos de China y afecta los intereses chinos".
Según un informe del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), publicado en agosto de 2018, hasta un millón de uigures y otros musulmanes podrían estar en los llamados campos de reeducación chinos a lo largo de la región de Xinjiang.
Según la Cancillería china, las conclusiones del CERD carecen de pruebas y no se corresponden con la realidad.