Sandra Soto buscó la manera de investigar y dar con el responsable del feminicidio de su hermana Serymar, que tuvo lugar el 28 de enero de 2017, gracias a las redes sociales. Desde entonces, a partir de la página bautizada como Los machos nos matan en México, que abrió a los pocos meses del feminicidio, en abril del mismo año, ha promovido la organización de otras familias víctimas de este delito grave.
Según el trabajo independiente de la geógrafa María Salguero —quien elaboró el mapa del feminicidio en México y que acompaña este proceso de las familias de las víctimas— el país registra nueve asesinatos de mujeres al día en distintos contextos: el familiar, el comunitario y también como consecuencia de la violencia ejercida por grupos paramilitares.
¿Cómo ha sido la organización de las familias de víctimas de feminicidio?
"El antecedente fue la creación del espacio digital Los machos nos matan en México como medio para buscar información sobre el paradero del feminicida de Serymar y para la denuncia pública de casos y su difusión permanente", comentó Sandra Soto.
La también abogada explicó que el objetivo de la organización de las familias víctimas es establecer redes de apoyo, así como mantener contacto con activistas "éticas" que quieran sumarse al movimiento.
En este proceso, realizaron un primer encuentro nacional de víctimas el 20 de junio de 2018, en el Teatro Carlos Pellicer, al sur de la capital; así como una manifestación pública durante la celebración del Día de los Muertos de 2018, en el Ángel de la Independencia.
"Nuestras mujeres no murieron, han sido asesinadas y arrancadas de nosotras por la acción material de los feminicidas y por las omisiones reiteradas del Estado", dijo Soto, quien hizo hincapié en cómo mediante la organización común es que se han logrado avances en algunos casos.
El avance más visible de este proceso común fue la reciente condena por 45 años al feminicida de Lesvy Berlín Osorio, una joven asesinada en el campus de la Universidad Nacional en 2017. Fue el primero de los casos ocurrido en Ciudad de México que fue juzgado como feminicidio en el nuevo sistema penal acusatorio, con audiencias orales y un proceso abreviado.
"Siempre digo que la justicia no va a llegar a sus casas, pero de 2.500 mujeres que han sido asesinadas en lo que va del 2019, solo el 1% grita justicia. Tenemos que salir a la calle y trabajar para hacerlos trabajar", sentenció Soto.
¿Por qué la justicia es una traba en estos casos?
Todas las mujeres —en su mayoría madres de las asesinadas— que dieron su testimonio durante la presentación del 2º Encuentro Nacional de Familiares de Víctimas y Huérfanos por Feminicidio insistieron en los problemas que tuvieron para acceder a la justicia en sus respectivos casos.
El caso ocurrido más recientemente de entre las familias organizadas fue el feminicidio de Areli Mendoza Argüello, asesinada el 15 de setiembre de 2019 en Ciudad de México.
"Estamos muy desconcertados, pero no vamos a parar hasta que se haga justicia a mi hija", dijo Argüello.
El hermano de Areli, Alvin Mendoza, un exjugador profesional del fútbol mexicano, dijo a su vez que a un mes del feminicidio, no han podido tener acceso al expediente del caso y que la familia se ha ocupado de hacer muchas de las tareas que le corresponden a la autoridad, como resguardar la escena del crimen.
"Nosotros hemos presentado todos los datos sobre los prófugos, pero la justicia no ha dado resultado, ellos siguen haciendo su vida como si nada y los funcionarios cumplen su hora de oficina y se van a casa", concluyó Mendoza, quien explicó cómo la desidia de las instituciones de impartición de justicia local es la materia prima de la impunidad en que quedan muchos de estos casos.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en los primeros seis meses del año corriente en México fueron asesinadas 2.944 mujeres. Además, se cometieron 448 feminicidios, se reportaron 206 casos de secuestros y 34.463 casos de lesiones dolosas contra las mujeres.
La tasa de feminicidio casi se duplicó en los últimos tres años: en 2015 era del 0,66 por cada 100.000 mujeres y en 2018 creció hasta 1,19. Los cinco estados con mayor tasa de feminicidio son Veracruz, Morelos, Sonora, Tabasco y Chihuahua.
Para el día de hoy, según el Gobierno de México, hay nueve procedimientos de solicitudes de alertas de violencia de género contra las mujeres en trámite: en Campeche, Ciudad de México, Coahuila, Durango, Jalisco, Oaxaca, Puebla, Yucatán y Zacatecas.