Macri "intenta generar una campaña en donde destierre el mito de la falta de capacidad para gobernar", mientras que Alberto Fernández trata de potenciar un perfil dialogante que lo coloque como "un estadista, un hombre de Estado consciente de que la agenda del Gobierno que viene va a ser difícil y que necesitará grandes acuerdos", señaló a Sputnik el doctor en ciencia política Facundo Cruz, investigador y profesor universitario.
Como líder de la alianza opositora Frente de Todos, "Fernández intenta alejarse del kirchnerismo confrontativo y de poco diálogo que se conoció en la peor etapa, durante el conflicto con el sector agropecuario en 2008", puntualizó.
Aunque acompaña su fórmula con la expresidenta como candidata a vice, Alberto Fernández actúa como representante de "una coalición más amplia que la kirchnerista, al haber logrado unir a la gran mayoría del movimiento peronista detrás de él", explicó.
Después de que la fórmula de Fernández sacara una ventaja de más de 15 puntos porcentuales respecto de Macri en aquellos comicios, "el tema económico ganó primacía porque se volvió a deteriorar la situación financiera con un nuevo salto en la cotización del dólar, una escalada en los precios y una profundización de la recesión", recordó Tereschuk.
En estos días, otros dirigentes de la alianza opositora Frente de Todos buscan potenciar su perfil para beneficiar a toda la fuerza y plantean "una virtuosa forma de multiplicarse en el territorio yendo a lugares donde cada uno de ellos puede ser más fuerte", consideró.
Estrategia de Macri
Macri aprovecha su condición de jefe de Estado para presentar una serie de promesas que a su juicio resolverían los problemas de la economía, y por ello argumenta que necesita un mandato más y que la batalla no está perdida, retomó Cruz.
"En los primeros días Macri mostró enojo y molestia sin comprender lo que había pasado en las elecciones primarias, achacando las culpas a los rivales y sin reconocer errores propios; en los días posteriores mostró una voluntad de diálogo con el peronismo, pero una semana después rompió puentes y tomó medidas que no quería adoptar para alentar el consumo que eran reclamadas desde 2018 por aliados de Macri y por partidos opositores", contextualizó el investigador.
En esta última fase, el oficialismo busca convocar de manera masiva a la ciudadanía con la campaña "Sí se puede", que conlleva la visita de una treintena de ciudades "en las que trata de recuperar el voto perdido y reforzar con militantes propios la campaña actual".
Coincidió en esta apreciación Tereschuk al destacar que los actos proselitistas del oficialismo "no se vieron tan programados o previsibles como en anteriores elecciones, donde se mantenía un plan muy cuidado desde el inicio hasta el final".
En este enfoque proselitista tiene un papel destacado el secretario de medios públicos, Hernán Lombardi, responsable de arengar a los simpatizantes, mientras "hay un manejo de cámaras especial, con planos cortos, mostrando a la gente de cerca".
La campaña viene aderezada con el anuncio diario de Macri de medidas en torno a rebajas impositivas, estímulos a la exportación, políticas de género, programas de capacitación juveniles, cambios penales, o medidas contra el narcotráfico.
"Son promesas que suenan extrañas, porque un presidente que concurre a la reelección muestra logros de su gestión y señala en qué medida es bueno continuar con esas políticas, mientras que las promesas para el próximo mandato no suelen formar parte del repertorio", acentuó Tereschuk.
Bajo esta lectura, las promesas "suenan más a lo que hace un candidato opositor o un presidente en funciones", sostuvo.
Poco incidirán en el electorado los dos debates organizados por la Cámara Nacional Electoral el 13 y 20 de octubre a los que concurren todos los candidatos a gobernar a partir del 10 de diciembre, una vez termine la actual administración, señalaron los dos politólogos consultados por Sputnik.
En lo que concierne a las propuestas, Macri y Fernández han desplegado una táctica discursiva que pretende ser ambigua a propósito, aportó Cruz.
Como responsable de la actual gestión, "Macri muestra un Gobierno sin rumbo respecto de qué hacer con la situación económica porque sus planes fallaron", indicó.
Fernández, por su parte, "está al frente de una coalición tan amplia y heterogénea que cualquier postura que tome puede inclinarse hacia un sector en detrimento de otro y le puede provocar problemas internos", observó.
El candidato opositor se siente ganador, aunque no lo diga, agregó el investigador.
Por eso Fernández también intenta amortiguar la efervescencia social y solicita a las organizaciones sociales que no se manifiesten en las calles o a los pilotos de aviones que no realicen huelgas por reclamos salariales.
En las elecciones de este 27 de octubre será elegido presidente en forma directa quien obtenga al menos el 45% de los sufragios o alcance el 40% y una diferencia mayor a 10 puntos porcentuales sobre el segundo candidato más votado.