"David Morales, director y propietario de Undercover Global S.L., exigió a sus hombres que catalogaran como objetivos de máxima prioridad a los ciudadanos rusos y norteamericanos que visitaran al activista", señala la investigación de El País, que se basa en testimonios y documentos.
El director de la empresa dio instrucciones "por escrito" a sus empleados para que vigilasen "esos dos objetivos".
La información recopilada se enviaba a la sede de la empresa, en Jerez de la Frontera, donde se archivaban los perfiles de los visitantes por nacionalidades, profesiones, contactos, etc.
El foco sobre las visitas de rusos a Assange "se intensificó cuando se sospechó que pretendía salir de la embajada en 2017 con estatus diplomático ecuatoriano y dirigirse a Rusia, algo que sus abogados y el propio Assange niegan".
En 2012, Assange se refugió en la sede diplomática ecuatoriana tras perder todas las apelaciones contra la extradición que el Reino Unido se aprestaba a cumplir, accediendo al pedido de la Fiscalía sueca, que lo requería para juzgarlo por presuntos delitos sexuales.
El ciberactivista rechazaba su extradición alegando que Suecia lo entregaría a EEUU, donde podía enfrentar la pena capital por haber publicado miles de documentos secretos sobre las operaciones del Ejército estadounidense en Irak y Afganistán.
Ecuador anuló el asilo al ciberactivista australiano el pasado 11 de abril.