El experto de la Universidad Financiera ante el Gobierno de la Federación de Rusia destacó que, si Quito cumple con su promesa, su salida no afectará demasiado a la OPEP, ya que Ecuador es el que registra uno de los menores volúmenes de producción de crudo de entre todos los 14 miembros de la organización.
Yushkov opina que Quito busca llamar atención de los posibles inversores extranjeros al anunciar su decisión de abandonar el ente.
"De esta manera Ecuador les da a entender que pasen a invertir sus recursos financieros en su industria petrolera porque tras salir de la OPEP su producción no se verá limitada por cuotas y el país podrá producir más petróleo".
El experto considera que así es cómo Quito pretende salvar una industria que ya había pasado por períodos en los que no se exportaba crudo por motivos internos.
"Otro problema radica en el hecho de que el costo de extracción es muy elevado en Ecuador. El presupuesto estatal recibe pocos ingresos por cada barril extraído si se compara con los de Rusia y con los de los países de Oriente Medio. El costo de producción allí ronda los 40 dólares por barril", aseveró.
Esta no es la primera vez que Ecuador decide abandonar la OPEP. El país ya lo hizo en 1992 y volvió a incorporarse en 2007, durante el Gobierno de Rafael Correa.
El experto también recordó que gracias a Arabia Saudí los países de la OPEP producen ahora menos petróleo que el máximo permitido por el acuerdo OPEP+. A día de hoy Riad busca conseguir que su empresa estatal Saudi Aramco salga en bolsa. El precio del crudo debería ser alto para que la empresa pudiese vender sus acciones por un precio más ventajoso. Esta es la razón por la que Arabia Saudí produce menos cantidad de petróleo que la acordada por otros miembros del ente.
El 1 de octubre el precio del crudo se desplomó a su nivel más bajo en casi dos meses cuando empeoraron los pronósticos para la economía global. Eso apuntaba a que la OPEP necesitaría reducir aún más la producción de crudo si quería mantener el equilibrio del mercado mundial. El cartel tendría que reducir la extracción en 3 millones de barriles diarios adicionales a finales de 2020 para poder aumentar el precio del oro negro, según los cálculos de la empresa Rystad.