Según cálculos del diario, el pasado año la Casa Banca destinó más de 540 millones de dólares a la prisión para terroristas, creada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero esa cifra se refiere solo a los gastos no secretos.
De los cientos de detenidos que se encontraban en el centro penitenciario en los primeros años, solo quedan allí 40, y desde el año 2008 en la cárcel no ingresa ningún detenido nuevo.
Cada preso, según el medio, cuenta con 45 carceleros, que suman en total unos 1.800 efectivos, con sus propias viviendas, dos comedores, tres clínicas médicas, dos centros de consultas jurídicas, un cine y hasta con una capilla propia.
Los encarcelados, en su totalidad hombres, ingieren solo comida halal, tienen acceso a los medios de información de satélite y a canales deportivos y hasta pueden jugar con consolas PlayStation, tomar clases de arte y jardinería y realizar oraciones conjuntas.
Si bien en 2013 Washington destinó a la cárcel un total de 2,7 millones por cada uno de los 166 presos, últimamente esa cifra prácticamente se ha quintuplicado.
Desde 1903, Estados Unidos ocupa 117,6 kilómetros cuadrados en Guantánamo, provincia situada en el sureste del territorio nacional de Cuba, donde mantiene enclavada una base naval militar convertida en cárcel.
La Habana ha reclamado en reiteradas ocasiones la inmediata e incondicional devolución de ese territorio ocupado por el Ejército estadounidense.