"Un aviso de huracán ha sido emitido para Vieques, Culebra, en Puerto Rico, y las Islas Vírgenes estadounidenses […] Se pronostica que Dorian se convierta en huracán pronto", alertó el centro con sede en Miami en su boletín de las 11:00 hora local (15:00 GMT).
El meteoro registra actualmente vientos máximos sostenidos de 95 kilómetros por hora y se acerca al sureste de Puerto Rico moviéndose a unos 20 kilómetros por hora, aunque las bandas de lluvias ya bañan territorio boricua.
"Un aviso de huracán significa que se esperan condiciones de huracán en algún lugar del área bajo aviso, en este caso, dentro de las próximas 12 horas", precisa la nota del NHC, referente regional para el seguimiento de estos fenómenos atmosféricos.
La gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vásquez, activó por orden ejecutiva a la Guardia Nacional, que ya desplegó su Centro de Operaciones y una Fuerza de Tarea para encarar la emergencia.
El meteorólogo Ernesto Morales explicó al diario Primera Hora que la gran masa de lluvia llegará en la tarde-noche a Puerto Rico, con Dorian posiblemente convertido en un huracán Categoría 1 (con vientos entre 120 y 150 kilómetros por hora).
Las autoridades insisten en que la población se mantenga alerta y preparada, sobre todo por el precedente del huracán María, que azotó al país en septiembre de 2017.
"Aunque todo fenómeno atmosférico es impredecible, no esperamos que Dorian sea una repetición de María (…) De todas formas vamos a tener un tiempo inestable y espero que el pueblo tome las previsiones necesarias para resguardarse del peligro", dijo Reyes.
En agosto del año pasado, un estudio de la Universidad George Washington cifró en 2.975 los muertos entre septiembre de 2017 y febrero de 2018 a causa del evento climático.
El suministro de energía fue uno de los problemas más graves que dejó María a Puerto Rico; solo ocho meses después la Autoridad de Energía Eléctrica restableció el servicio en casi la totalidad del territorio.
Los daños del huracán se estiman en 100.000 millones de dólares y todavía se critica a Washington la lentitud con que suministro ayuda a la isla, un estado libre asociado de EEUU.