"Las políticas sanitarias son fundamentales en esta lucha y tienen que tener un basamento científico, a partir de las investigaciones sociales que permitan unir a la población para entre todos enfrentar el problema", dijo Guzmán en el marco del XVI Curso Internacional sobre dengue, zika y otros arbovirus emergentes, que comenzó el 12 de este mes.
Guzmán, directora del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS) para el estudio del dengue en Cuba, dijo que combatir eficazmente al mosquito transmisor de estas enfermedades requiere conocer en qué tipo de grupo poblacional se debe trabajar y con qué mensaje llegar a cada grupo etario con intereses y prioridades diferentes.
"Hasta hace poco hablábamos de dengue, pero ahora también es chikungunya, zika y (está) nuevamente latente el peligro de la fiebre amarilla, todos transmitidos por el mosquito Aedes aegypti", dijo.
En la región de las Américas se registra un aumento que afecta a países de América Central, el Caribe y otras naciones del área, con una elevación importante en el número de casos reportados.
"Estamos hablando del dengue, una enfermedad que puede matar al ser humano en un tiempo muy corto; es una enfermedad aguda, que evoluciona en cinco o seis días, pero puede matar al enfermo, por lo que tenemos que evitar se produzcan casos graves y muertes", enfatizó la doctora Guzmán.
"Si no existiera el mosquito Aedes aegypti, no tendríamos dengue, ni chikungunya, ni zika, ni fiebre amarilla, pero existe y es porque hay condiciones propicias para que el mosquito se reproduzca en los llamados sitios de cría", sostuvo.
Estrategias sanitarias de OMS/OPS
Guzmán precisó que la OMS tiene una estrategia dirigida integralmente a enfrentar estos problemas desde el vínculo con la población, los medios de comunicación, las herramientas para trabajar con el vector, los diagnósticos y la clínica.
Por su parte, la OPS también tiene sus propias estrategias, basadas en las líneas generales de la OMS, como la Estrategia de Gestión Integrada (EGI) que comenzó a aplicarse en el 2004 y a la que varios países ya se han adherido.
Otro componente es el epidemiológico, que traza las estrategias de vigilancia y los sistemas de alerta ante posibles brotes para buscar alternativas que reduzcan los casos, identificar los probables lugares de focos y las vías de diseminación del virus.
En los controles a los vectores se trabaja en determinar cuáles son los insecticidas más eficaces, ante cuales los mosquitos presentan mayor resistencia, nuevas herramientas como los insectos estériles y otras en proceso de evaluación.
Guzmán insistió en la capacitación para que médica, enfermero, instituciones administradoras de salud, trabajadores de la campaña de vectores y autoridades puedan unir esfuerzos desde el conocimiento.
Principales riesgos
Guzmán explicó que un problema importante se centra en el agua, "dados nuestros estilos de vida actuales y las situaciones que los países confrontan con el insuficiente abasto de agua, [lo que] obliga a las personas a almacenar el agua, lugares ideales para que la hembra del mosquito ponga sus huevos y [así se] favorece la proliferación del vector".
Otro aspecto de riesgo son las migraciones, los movimientos de turistas y de cualquier viajero que se traslada de un país a otro, pues si una persona que ya está infectada con uno de estos virus viaja a otro sitio, está expuesta a ser picada por un mosquito, que así propague a su vez el virus e inicie un nuevo ciclo de transmisión.
Investigaciones científicas
Guzmán aseguró que la investigación científica avanza, pero alertó que no habrá "la vara mágica" para resolver la situación.
Científicos cubanos trabajan en vacunas protectoras; una ya está licenciada, pero solo indicada para individuos que ya sufrieron la enfermedad con anterioridad, o en áreas con mucho endemismo e indicaciones específicas.
Hay además varias en estudios clínicos avanzados, cuyos resultados estarán en un término no mayor de un año, pero "aunque contemos con una vacuna, no vamos a solucionar del todo el problema", dijo la médica.
Cuba, zona de riesgo
Cuba, pese a su historial exitoso en el enfrentamiento al dengue y otras enfermedades vinculadas al mosquito, no está exenta de riesgos.
Cuba cuenta con un programa de investigación en las esferas clínicas, microbiológicas, vacunas, patogenia, genética del individuo y epidemiología, además de incluir estudios sobre la influencia del cambio climático en la presencia de Aedes aegypti.