El trabajo de Wandel y Tal-or, de la Universidad Hebrea de Jerusalén y de la Universidad de Tel Aviv respectivamente, se ha centrado en observar hasta qué punto estos dos exoplanetas —conocidos simplemente como planeta de Teegarden b y planeta de Teegarden c— serían capaces de contener agua y, por tanto, albergar vida. Los dos investigadores señalan que tanto el planeta b como el planeta c están relativamente cerca de su estrella, Teegarden, y que tardan en completar su órbita 4,9 y 11,4 días, respectivamente, que significa que entran dentro de la zona de habitabilidad fijada en astrofísica.
Los investigadores reconocen que no se sabe qué tipo de atmósferas tienen los dos planetas, pero sugieren que es probable que como mínimo uno de ellos pueda albergar agua, precisamente, porque no rotan, ya que "una atmósfera fina sería suficiente para esparcir el calor y el frío a través de la línea divisoria entre la luz y la oscuridad", señala el estudio.
Su tesis de que podrían albergar vida lo apoya también el hecho de sus atmósferas —de tenerlas— serían un tercio más densas que las de la Tierra o hasta 17 veces más densas. Eso permitiría que existiera agua líquida en la superficie de cualquiera de los dos planetas. Su tamaño también es semejante al de nuestro planeta.
Se sabe de la existencia de la estrella Teegarden desde 2003, cuando el astrofísico Bonnard Teegarden dirigió un equipo que dio con ella. Tanto el planeta b como el c fueron detectados por primera vez en junio de 2019 por un equipo del espectógrafo Carmenes del Observatorio de Calar Alto, en España. Se trata de una enana roja situada a unos 12,5 años luz de distancia de nosotros. Desde entonces, los científicos han estudiado tanto la estrella como los planetas que componen su sistema estelar.