El 18 de julio, un grupo de republicanos y demócratas estadounidenses presentaron un proyecto de ley que estipula imponer sanciones a 24 oficiales del Servicio de Seguridad de Rusia y sus colegas cercanos hasta que Rusia libere a los 24 marineros ucranianos y tres barcos de este país "capturados ilegalmente" cerca del estrecho de Kerch en el mar de Azov.
La Cancillería rusa lamenta que "al perseguir objetivos políticos puramente egoístas", los congresistas "solo agravan las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, de cuyo estado depende la estabilidad global".
Según el Ministerio, EEUU ya tiene en agenda una veintena de proyectos similares contra Rusia, además recuerda que Washington ya aprovechó el incidente para imponer sanciones el pasado 15 de marzo.
El 25 de noviembre tres barcos de la Armada ucraniana violaron la frontera rusa al entrar en una zona provisionalmente cerrada del mar Negro y avanzaron hacia el estrecho de Kerch, que une los mares Negro y de Azov.
Las embarcaciones ucranianas realizaron maniobras peligrosas e hicieron oídos sordos a la exigencia de parar, por lo que fueron detenidas junto con sus 24 tripulantes.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó el incidente de provocación, señaló que entre los tripulantes de los buques infractores se encontraban dos agentes de Seguridad, quienes de hecho estuvieron dirigiendo la operación y subrayó que los guardias fronterizos rusos estaban cumpliendo su deber profesional.