El ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, anunció el 26 de junio la desmantelamiento de un plan para asesinar al presidente Nicolás Maduro en el que estarían implicados Estados Unidos, Israel, Colombia y Chile.
"Tales intenciones agresivas no contribuyen a la salida de la crisis cuya búsqueda se realiza en el marco del diálogo que llevan a cabo el Gobierno y la oposición con la mediación de Noruega", dijo Kozhin este 27 de junio en una comparecencia ante la prensa.
El diplomático remarcó el apoyo de Rusia al proceso de negociaciones de Oslo e instó a otros países a no intentar imponer su opinión y condiciones que presuntamente deben llevar a cierta solución.
Llamó además al Gobierno venezolano y a la oposición a buscar una salida a la crisis mediante el diálogo y sin ultimatos ni condiciones previas.
Según las autoridades venezolanas, el plan de golpe de Estado debía ejecutarse entre el 23 y el 24 de junio.
El plan era tomar dos batallones militares y la base militar Francisco Miranda, ubicada en el este de Caracas, sacar de la cárcel al general Raúl Isaías Baduel y llevarlo hasta el canal estatal Venezolana de Televisión, donde se proclamaría como líder del golpe de Estado y desplazaría al opositor Juan Guaidó, quien el pasado 23 de enero se autodesignó como presidente encargado del país.
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Los implicados en este plan tenían previsto robar 146 fusiles para tomar el Palacio de Miraflores, así como asesinar a líderes sociales.
Agregó que detrás de este plan estaba el general retirado Eduardo José Baez Torrealba, quien se encuentra refugiado en República Dominicana, y adelantó que el Gobierno de Venezuela solicitará su captura a través de Interpol, por lo que emplazó a las autoridades de esa nación a entregarlo.
Hasta el momento hay seis detenidos, entre ellos el primer teniente Carlos Lozada Saavedra, que presuntamente sería el encargado de planificar el robo de las armas del Ejército.