No todo cambio es innovador. En el último día antes del cierre de listas de precandidatos a las elecciones en Argentina, el presidente Mauricio Macri dejó de lado el método de apartarse de la vieja escuela de la política y de aquella postura antiperonista a ultranza para sumar como compañero de fórmula a uno de los representantes más vetustos, conservadores y omnipresentes de la maquinaria del poder del Partido Justicialista (PJ).
Miguel Ángel Pichetto inició su carrera política en la provincia patagónica de Río Negro y es uno de los legisladores referentes del PJ, que nuclea el peronismo tradicional, desde hace un cuarto de siglo. Se desempeñó entre 1993 y 2001 como diputado y desde 2002 hasta la fecha como senador. En 2015 se postuló como candidato a gobernador pero perdió.
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Su distanciamiento de la figura de Cristina Fernández de Kirchner durante su presidencia (2007-2015), a pesar de ser el líder del bloque en el Senado, lo transformó en un personaje incómodo para el Gobierno de la mujer que ahora compite por el mismo puesto que él. También ha sido firme en su oposición a los intentos de desafuero de la exmandataria defendiendo la necesidad de que haya primero una sentencia firme.
Su posición crítica con las políticas de inmigración, su conservadurismo ideológico y su rechazo por "la cultura igualitaria", como diría él mismo, lo volverían uno de los referentes del peronismo 'anti-K' desde la asunción de Macri y más cercano a los discursos del oficialismo que de la oposición, aunque denostó seriamente el aumento a la Asignación Universal por Hijo que realizó Macri este año.
Pichetto ha sido muy crítico de las políticas de ajuste durante el Gobierno de Macri, pero también fue aliado principal en el Senado para impulsar las reformas previsional y fiscal que impulsó el Gobierno.
Además, había dejado en claro hace unos días que, ante una eventual segunda vuelta entre Alberto Fernández y el presidente, eligiría "una opción democrática, que es la continuidad de un Gobierno que tenga una mirada capitalista, inteligente, responsable, aún con errores".
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"La Argentina de 2020 está muy complicada y parte del mercado, del 'círculo rojo', del empresariado, de la dirigencia política, lo ve a Macri como una persona conservadora, a favor del mercado, pero ineficaz en términos de poder gobernar a la Argentina con toda su complejidad", dijo a Sputnik el analista político Julio Burdman.
"Pichetto se constituyó como un dirigente que tiene un prestigio como gestor legislativo. El Senado fue controlado, gestionado por él durante los últimos años y esto le dio una imagen de eficacia política. Esta es una de las razones principales por las que lo elige Macri", explicó Burdman, director de la consultora Observatorio Electoral.
La decisión de Macri fue bien percibida, tanto por los sectores del radicalismo dentro de Cambiemos (ahora rebautizado 'Juntos por el Cambio') que esperaban una apertura hacia el peronismo como por el mercado. La elección de un peronista hábil con mucha experiencia y amplio manejo con los gobernadores de las provincias le da al Ejecutivo mayor perspectiva de gobernabilidad.
Además, dio por rendidos los esfuerzos de unidad del peronismo alternativo, que anunció la fórmula Roberto Lavagna - Juan Manuel Urtubey luego del abandono de Pichetto y del salto a los brazos del frente kirchnerista por parte de Sergio Massa. El 'tercer espacio' sobrevive, pero sin bases.
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"Ahora, Pichetto no está representando al peronismo, ni a su provincia ni a grandes sectores del electorado, es una incorporación a nivel individual. La duda por delante es si esto va a ser eficaz, porque Macri está al frente de una fuerza no peronista, identificada al rechazo al peronismo, y está incorporando a una figura muy del peronismo", dijo Burdman.
"Por más que sea más afín a Macri en términos ideológicos en los últimos tiempos, fue un soldado leal del kirchnerismo durante 12 años, como antes lo había sido de otras corrientes del peronismo", concluyó el analista.