Los aliados de la OTAN han discutido durante meses la compra de armas rusas por parte de Ankara, algo que representa una amenaza para los cazas F-35, según Washington. En EEUU consideran que Turquía no puede tener los S-400 rusos y los F-35 estadounidenses al mismo tiempo, pero hasta ahora han evitado dar pasos para reducir los entrenamientos de los pilotos turcos. Esta represalia podría ser vista como un tipo de vergüenza en Turquía, informa Reuters.
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Además, EEUU amenazó con detener el entrenamiento de los pilotos y tripulaciones de mantenimiento turcos que ya están en el país norteamericano. La semana pasada esta medida fue seriamente considerada. Una fuente comunicó que los pilotos podrían retirarse de EEUU a finales de julio.
Hoy en día cuatro pilotos turcos realizan entrenamientos en la base aérea Luke, en Arizona. Dos pilotos más del país otomano trabajan allí como instructores y 20 individuos trabajan en el mantenimiento de las aeronaves.
A pesar de todas las amenazas provenientes de Washington, el presidente otomano Recep Tayyip Erdogan declaró que la posibilidad de rechazar el acuerdo sobre el suministro de los S-400 "está fuera de discusión". Según el político, EEUU no presentó "una oferta tan buena" como la de las armas rusas.
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