El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó el 24 de abril un decreto que facilita el trámite del pasaporte ruso para los habitantes de determinadas áreas de las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk, es decir, los territorios de Donbás fuera del control de Kiev.
"Examinamos la situación en el este de Ucrania, incluidos los intentos de Rusia de entregar los pasaportes rusos a los ciudadanos de Ucrania", dijo Stoltenberg al término de su primera reunión con Zelenski en Bruselas.
Stoltenberg valoró altamente el compromiso que expresó Zelenski con una solución pacífica al conflicto en Donbás, que desde 2014 provocó la muerte de unas 13.000 personas.
El secretario general de la Alianza Atlántica dijo al presidente ucraniano que la OTAN continúa apoyando a Ucrania en los distintos ámbitos.
"Mediante diez fondos fiduciarios los aliados y los socios de la OTAN se han comprometido a proporcionar a Ucrania una ayuda de más de 40 millones de euros en los ámbitos como el mando y control, la ciberdefensa y la rehabilitación médica", señaló.
Agregó que "los aliados de la OTAN también proporcionan entrenamiento militar a las Fuerzas Armadas de Ucrania".
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Para julio próximo, indicó, la OTAN tiene previsto llevar a cabo nuevas maniobras conjuntas con Ucrania en el mar Negro.
Stoltenberg agregó que la OTAN "apoya con firmeza la soberanía y la integridad territorial de Ucrania".
"Los aliados no reconocen y no reconocerán la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia. Condenamos las acciones agresivas de Rusia en la región del mar Negro", afirmó.
Añadió que la OTAN "saluda la decisión del Tribunal Internacional del Derecho del Mar de que Rusia debe poner en libertad a los marineros y los buques ucranianos", una sentencia que Moscú considera ilegal, argumentando que esa corte no tiene jurisdicción para examinar el caso ni realizar un arbitraje entre Rusia y Ucrania.
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El 25 de noviembre de 2018, tres barcos de la Armada ucraniana violaron la frontera rusa al entrar en una zona provisionalmente cerrada del mar Negro y avanzaron hacia el estrecho de Kerch, que une los mares Negro y de Azov y separa la península de Crimea del resto del territorio ruso.
Moscú calificó la incursión ucraniana de provocación y denunció que Kiev violó las normas fundamentales del derecho internacional, mientras que los guardacostas rusos actuaron en conformidad con la ley.
Crimea se separó de Ucrania y se reincorporó a Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que la mayoría aplastante de los votantes, más del 96%, avaló esta opción.
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Moscú declaró en repetidas ocasiones que los crimeos votaron de manera democrática y en plena conformidad con el derecho internacional y la Carta de la ONU, por la reunificación con Rusia, que respeta y acepta esta decisión.
En septiembre de 2016, Putin dio por "cerrado históricamente" el tema de la pertinencia territorial de Crimea.