"Podríamos en un momento dado plantearnos la incorporación de miembros de otras formaciones, en este caso de Podemos, pero no bajo una fórmula de coalición", dijo el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, en una entrevista con Antena 3.
Según explicó Ábalos, el PSOE considera a Podemos "un socio programático prioritario", lo que en ojos de los socialistas es más importante que la composición del Ejecutivo.
Estas palabras llegan después de que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, dijera que "no tiene miedo a las urnas" si finalmente no alcanza un acuerdo para entrar en el Gobierno de España.
En una entrevista con Público TV, Iglesias defendió que la presencia de Podemos en el Gobierno es la mejor garantía de que en España se hagan políticas progresistas, así como de forzar al PSOE a alejarse de la formación liberal Ciudadanos (Cs).
"Si el PSOE pacta con Cs caminaremos en dirección ineludible a la frustración de cualquier ilusión democrática de cambio", afirmó.
En las elecciones del pasado 28 de abril el PSOE consiguió 123 de los 350 escaños que componen el Congreso de los Diputados, lo que deja a su líder, el actual presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez, en una buena posición para revalidar su mandato.
Para investir a un candidato a la presidencia del Gobierno en España se necesita el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados (al menos 176 escaños) o el apoyo de una mayoría simple en una votación de segunda ronda.
Pese a ser el claro ganador de las elecciones, Sánchez necesitará el apoyo de otros partidos para ser investido presidente, una tarea para la que dispone de dos vías.
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Una de ellas pasa por un pacto con el partido liberal Ciudadanos, formación con la que el PSOE suma mayoría absoluta.
La otra vía para la investidura de Sánchez pasa por conseguir el apoyo de la coalición izquierdista Unidas Podemos y de una amalgama de partidos regionalistas en los que necesariamente debería aportar ofrecer sus votos —o su abstención en la segunda vuelta— alguna formación independentista del País Vasco o Cataluña.
Aunque esta vía parece la más plausible porque los socialistas consideran a Unidas Podemos su "socio preferencial", también presenta algunas dificultades, como las divergencias entre ambos sobre si debería haber un gobierno monocolor o de coalición.
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Por su parte, las formaciones independentistas dicen afrontar las negociaciones sin intención de imponer líneas rojas pero insistiendo en su petición de poder celebrar un referéndum de autodeterminación reconocido por Madrid, algo a lo que Pedro Sánchez no está dispuesto a acceder.