La mayoría de los asistentes virtuales tienen nombres femeninos y personalidades sumisas. ¿Por qué? Porque casi no hay mujeres trabajando en los equipos técnicos que desarrollan estos servicios y otras herramientas digitales de vanguardia, advirtió la Unesco en el informe "Me ruborizaría si pudiera", lanzado recientemente.
Además de Siri, otras asistentes de voz "femeninas" también expresan rasgos sumisos, advierte el informe, "una expresión del sesgo de género incorporado en los productos de inteligencia artificial" como resultado de lo que la Unesco llamó los "desequilibrios de género" en habilidades, educación y dentro del sector tecnológico.
“Máquinas obedientes y complacientes que pretenden ser mujeres están entrando a nuestros hogares, autos y oficinas”, dijo en un comunicado Saniye Gulser Corat, directora de la División para la Igualdad de Género de Unesco.
El informe incluye varias recomendaciones para empresas y Gobiernos, entre ellas que los asistentes digitales dejen de ser mujeres por defecto; que se programen para desalentar el uso de lenguaje abusivo e insultos, en específico los de género; y que se aliente el desarrollo de mujeres y niñas en el ámbito tecnológico para que empiecen a formar parte de los equipos que desarrollan herramientas de inteligencia artificial.
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La Unesco señala que hoy las mujeres representan solo el 12% de los investigadores de inteligencia artificial, el 6% de los desarrolladores de software, y tienen 13 veces menos probabilidades de presentar patentes de tecnología de la información y comunicación.
“El mundo necesita prestar atención más de cerca a cómo, cuándo y si las tecnologías de inteligencia artificial tienen género y, de manera crucial, quién está asignando ese género”, indicó Gulser Corat.