The Guardian escribió el último fin de semana que los jueces de instrucción se inclinan a pensar que los supuestos ejecutores del ataque a los Skripal, Alexandr Petrov y Ruslán Boshírov (a los que el proyecto Bellingcat identifica como a los agentes de la Inteligencia Militar rusa, Alexandr Mishkin y Anatoli Chepiga) no actuaron solos, aduciendo como prueba de eso una llamada telefónica.
"Esa noticia, en que se alegan igual que antes unas fuentes anónimas, muestra obviamente que las ruidosas acusaciones que resonaron en boca de la primera ministra, Theresa May, en marzo de 2018 inmediatamente después de lo sucedido, no estaban basadas en ningunos hechos concretos", dijo el portavoz.
Al recordar que los británicos durante más de un año se niegan a cooperar con la parte rusa y ocultan el estado de salud de los Skripal y el lugar de su estancia, el diplomático señaló que tal conducta atestigua que "el Londres oficial no está interesado en revelar todos los detalles de esa historia oscura".
Scotland Yard se negó a comentar a Sputnik la publicación de The Guardian señalando que la investigación continúa.
Según autoridades británicas, el 4 de marzo de 2018 en Salibury fueron intoxicados Serguéi Skripal, exoficial de inteligencia militar rusa, reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia.
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Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del envenenamiento y catalogó el arma como neuroparalizante de la clase A-234, pero Moscú niega rotundamente tener que ver con ese suceso.