El primer paquete fue lanzado en agosto pasado mediante la ley sobre el control de las armas químicas y biológicas en relación con el caso Skripal (el exoficial de la inteligencia militar rusa y su hija Yulia, quienes fueron hallados inconscientes cerca de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury), recuerda el columnista de Sputnik Andréi Babitski
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Al mismo tiempo, se anunció la preparación del próximo paquete de sanciones llamado 'draconiano' por su dureza. El Departamento de Estado calificó las nuevas restricciones de 'muy dolorosas', lo que no es una exageración. La lista es muy impresionante: prohibición de que los bancos estadounidenses concedan préstamos a Rusia, cese total de las exportaciones estadounidenses de bienes que no sean productos agrícolas a Rusia, bloqueo automático de todas las iniciativas de asistencia financiera y técnica a Rusia, suspensión de las relaciones diplomáticas o reducción del número de diplomáticos, suspensión de los viajes aéreos entre países operados por aerolíneas de propiedad estatal.
"A Moscú se le dieron 90 días para pensar en la situación, darse cuenta de cuánto le costaría sobrevivir el segundo paquete, arrepentirse y cumplir con los requisitos de Washington sobre la admisión de representantes estadounidenses a las plantas químicas rusas. No obstante, estaba absolutamente claro que las autoridades rusas harían caso omiso del ultimátum y que las sanciones se impondrían automáticamente", recalca el periodista.
Pero el tiempo estaba pasando y las amenazas no se hacían realidad. Pasaron tres meses, y luego tres más, hasta cumplir los nueve, pero las sanciones no se introdujeron.
De este modo, la Casa Blanca ha recibido una libertad repentina en lo que toca su colaboración con Rusia, de la que no dejó de aprovecharse. Las dos últimas semanas han sido un gran avance en las relaciones entre los dos países.
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Ningún acuerdo se ha firmado, pero el crecimiento activo del número de las reuniones y contactos interestatales demuestra el deseo de la administración estadounidense de superar la crisis interestatal de cinco años: Trump contacta a Putin por teléfono, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, se reúnen en Finlandia, el director del Servicio de Inteligencia Extranjera, Serguéi Narishkin, anuncia la posibilidad de ampliar la cooperación entre su agencia y la CIA. Desde el 2014 no se ha visto un calendario tan apretado de negociaciones e iniciativas entre los dos países.
"El lenguaje político puede estar cambiando, de las amenazas estadounidenses hacia el diálogo. Tal vez", concluye Babitski.