Al nadar con elegancia a través de los escombros de la cubierta y el puente de la nave, la submarinistas dio una rápida vuelta y ascendió iluminada por la luz proveniente de de la superficie.
"Nadar a través de los escombros del buque con Georgina [el nombre de la buceadora] es espectacular. Claro está, eso fue un poco inquietante y un poco peligroso, por eso teníamos a otros buzos que estaban vigilando nuestra seguridad y nos dijimos uno al otro que siempre podríamos ser rescatados", aseveró Daan.
Varios medios, incluido el periódico británico The Times, consideran que hoy en día el lugar donde yacen los restos del MS Zenobia es uno de los diez sitios más visitados por los buceadores en el mundo.
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