Habían programado celebrar el "día de la libertad", anticipándose a la escisión de Bruselas que May había fijado para las 23.00 GMT del 29 de marzo, y volcaron su frustración en protestas paralelas y proclamas compartidas de traición contra la clase política.
"May prometió 108 veces que el Brexit sucedería este 29 de marzo, nos ha mentido y nos ha demostrado que no se puede confiar en el Gobierno", denunció a Sputnik Herbert Crossman.
Jamie Coppird había caminado varios kilómetros de la etapa londinense de "March to Leave" (Marcha para salir), que inició el eurodiputado Nigel Farage en el noreste de Inglaterra hace doce días y ha concluido en Westminster en el rally de la "traición del Brexit".
"Los políticos nos han traicionado; queremos Brexit sin un acuerdo con la UE", afirmó este treinteañero inglés después de posar junto a un par de policías montados.
"El Gobierno es débil; debemos liberarnos de la UE sin negociaciones para recuperar nuestra independencia y hacer nuestras propias leyes", defendió frente a la torre del Big Ben, que sigue oculta bajo los andamios.
Banderas de Inglaterra, insignias del Reino Unido, pegatinas reclamando que "salir significa salir" y gritos de "fuera, fuera, fuera" fundieron a las masas de los grupos rivales.
Unos habían secundado la llamada de Farage, otros acudieron a la concentración de su viejo partido, el UKIP, que tuvo de protagonista al líder ultra Tommy Robinson.
Casi todos aplaudieron a una banda de franceses que reclamaron el "Frexit: recuperemos nuestra democracia" en una gran pancarta.
"La UE es un mal asunto para todas las naciones, espero que se rompa en añicos y de las ruinas construyamos entre todos una estructura alternativa que respete la democracia", abogó Magnus Nielsen, ex candidato electoral del UKIP, en declaraciones a Sputnik.
La joven Billie Crittenden y su colega Keith Harby presagiaron que habrá "disturbios y revueltas" si la demora del Brexit obliga a celebrar elecciones al Parlamento europeo en Reino Unido en mayo.
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"No puede haber elecciones europeas; nos habremos ido para entonces", dice optimista Crossman.
En cambio, Coppird acepta el desafío electoral porque, según afirma a esta agencia, "todos los que votaron por el Brexit, votarán por Farage y otros políticos euroescépticos".