Las calificaciones financieras de Pemex "continúan reflejando las calificaciones soberanas de México, de tal manera, revisamos la perspectiva de Pemex de estable a negativa", tras una acción similar sobre la deuda pública, dijo este lunes la firma con sede en los mercados financieros de Nueva York en un comunicado.
S&P confirmó la calificación de la firma en escala global de BBB+ en moneda extranjera y de "A-" en moneda local, así como las calificaciones crediticias de emisor en escala nacional de largo y corto plazo (mxAAA y mxA-1+, respectivamente).
Sin embargo, "revisamos nuestra evaluación del perfil crediticio individual de Pemex a 'b-' desde 'bb-' debido al continuo deterioro de los perfiles de riesgo de negocio y financiero de la empresa que ha comprometido la recuperación de sus principales líneas de negocio", indica la agencia financiera.
El plan financiero para restaurar los fundamentos crediticios de la petrolera, una de las más endeudadas del mundo, con pasivos por 106.000 millones de dólares, "es insuficiente respecto de las necesidades multianuales de inversión de capital", dice el comunicado.
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Un plan del Gobierno para apuntalar a la endeudada compañía estatal, cuyas pérdidas en 2018 sumaron más de 7.550 millones de dólares, fue presentado a mediados de febrero por el presidente Andrés Manuel López Obrador, al anunciar un plan de apoyo a la petrolera por unos 3.900 millones de dólares.
Antes de ese plan de apoyo a Pemex, otra calificadora de riesgos financieros Fitch Ratings, también le redujo la calificación crediticia y mantuvo la perspectiva en negativa.
El rol más activo de Pemex en la industria energética "podría entrañar riesgos que erosionen potencialmente sus finanzas debido a su mandato para impulsar la inversión, producción y para construir nuevas refinerías", dijo la agencia.
La agencia advierte que la administración de López Obrador ha frenado la reforma del sector de energía del 2013, que abrió a la inversión privada y la competencia el antiguo monopolio estatal que duró casi 80 años.
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S&P revisó su perspectiva sobre la economía mexicana de "estable a negativa" el 1 de marzo, ante el riesgo de un menor crecimiento económico y un incremento de la deuda pública contingente, derivado de las políticas del nuevo Gobierno.
La calificadora informó no obstante que "mantiene la calificación soberana, con un tercio de probabilidades de una rebaja", al reafirmar el grado de inversión en las calificaciones de la deuda de la segunda economía latinoamericana.
Las políticas de López Obrador (2018-2024), que cumplió tres meses en el cargo el 1 de marzo, de reducir la participación de la inversión privadas en el sector energético, podría conducir a contingencias de nuevo endeudamiento para el país, según la firma financiera.