En su vida el narcotraficante colombiano Pablo Escobar realizó diversas compras suntuosas, una de ellas la de la Hacienda Nápoles en 1978. Ubicada en Doradal, Antioquia, sus tierras se convirtieron en un zoológico con animales exóticos: rinocerontes, elefantes, camellos, cebras, jirafas, canguros, hipopótamos, entre otros animales.
En total llegaron a convivir más de 46 especies, muchas de ellas provenientes de otros continentes, que ingresaron al país de contrabando y tuvieron que adaptarse al ecosistema colombiano. En esta introducción no hubo un estudio del impacto medioambiental, lo que llevó a reubicarlas cuando la hacienda dejó de estar en manos del narcotraficante.
Sin embargo el traslado no fue del todo exitoso, porque una especie no pudo ser relocalizada: los hipopótamos. Si bien estos animales pueden parecer inofensivos a primera vista, al ser mamíferos territoriales y agresivos, sumado a su tamaño (pueden llegan a pesar 3000 kilos), no pudieron ser capturados, y quedaron en condiciones silvestres.
En estos años, se pasó de cuatro hipopótamos, que habían sido traídos por Escobar entre 1981 y 1982, a grupos integrados por entre 50 y 60 ejemplares, machos y hembras, que a su vez han tenido sus crías y conformado nuevo grupos.
El aumento de la población llevó a la creación de un equipo integrado por pescadores, veterinarios e investigadores de diferentes universidades, que con el financiamiento de National Geographic Society, están buscando soluciones a la alteración que la presencia de hipopótamos está generando en lagos cercanos y en el río Magdalena.
Por su tamaño y por donde se mueven, los hipopótamos van generando procesos erosivos, que modifican los entornos que habitan, sobre todo los sistemas acuáticos. Incluso con consecuencias graves, como la desaparición de otras especies.
"Hay especies nativas en los ríos que pueden llegar a ser desplazadas, como por ejemplo el manatí o la vaca acuática. El manatí es nativo de ese territorio, y es una especie muy importante como regulador de muchos procesos funcionales de los cuerpos de agua, y podría ser el primer organismo afectado por la presencia de los hipopótamos", indicó el investigador colombiano.
Frente a esta situación, el equipo de trabajo está evaluando diferentes modelos de manejo que permitan controlar su reproducción. Una de las formas es mantenerlos en el lago principal de la Hacienda con el incentivo de brindarles alimentos, otra es a través de la esterilización, aunque es un método costoso, o por medio del traslado a otras zonas del continente.