"De momento es difícil hacer algún pronóstico, seguiremos muy de cerca la situación", respondió Borísov a la pregunta acerca del impacto de la situación en Venezuela sobre la perspectiva de la colaboración técnica y militar entre los dos países.
Venezuela es el mayor importador de las armas rusas en América Latina.
Rusia cumplió la mayor parte de los contratos de suministro antes de que estallara la tensión política en este país y actualmente su colaboración bilateral en materia técnica y militar consiste en el envíos de piezas de repuestos y construcción de fábricas de producción de fusiles Kalashnikov.
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Desde hace casi 10 años, gracias a un crédito ruso de 2.200 millones de dólares, Venezuela adquirió gran cantidad de armas que incluyó sistemas antiaéreos Pechora-2M, S-300, Buk-M2EK, Igla-S, transportes blindados BTR-80A, tanques T-72B1V, lanzaderas múltiples Smerch y Grad.
Venezuela entró en una nueva espiral de tensión a partir del 10 de enero, cuando el presidente Nicolás Maduro asumió su nuevo mandato hasta el año 2025.
Saliendo al paso de aquellos que cuestionan la legitimidad de su investidura, Maduro alega que ganó las elecciones del 20 de mayo de 2018 con todas las garantías de un proceso electoral.
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El 23 de enero, el jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela, (parlamento unicameral, de mayoría opositora y actualmente en desacato), Juan Guaidó, se proclamó "presidente encargado" del país ante una manifestación en las calles de Caracas.
Maduro calificó la declaración de Guaidó de intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Hasta la fecha, EEUU, Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Georgia han reconocido el estatus de Guaidó como jefe del Estado interino.