Según informó la Policía Municipal de Madrid, los taxistas bloquearon la mañana de este 23 de enero durante más de 40 minutos una de las principales autovías de la ciudad a la altura del centro de convenciones donde se celebra Fitur.
Piquetes y radicales pertenecientes a los #taxistas de #Madrid increpan a la policía que intenta evitar el asalto a un camión en los accesos a #Ifema2019 desde la #M40.#smartmobility #Uber #Cabify #VTC #taxi pic.twitter.com/09T7fFZVSJ
— Pedro Saldaña (@PedroSaldana) January 23, 2019
Del mismo modo, varios centenares de taxis bloquean las calles aledañas a la Feria de Madrid, donde tiene lugar el evento.
A lo largo de la mañana se registraron algunos momentos de tensión, con la quema de neumáticos y contenedores alrededor del recinto ferial.
Los taxistas han vuelto a su “campamento base” en la puerta principal de Ifema. “Hemos conseguido nuestro objetivo, tenemos paralizado la Feria de Madrid”, dice José (60) un taxista que lleva 72 horas en el campamento. Sigue el directo en @elpais https://t.co/fMUWsjcq1l pic.twitter.com/pWW1uGnf00
— Lucia Franco (@LuFranco93) January 23, 2019
Según informan medios locales, los Reyes de España, que participan este 23 de enero en la inauguración de Fitur, tuvieron que acceder al recinto por un acceso lateral para eludir a los taxistas concentrados ante la puerta principal.
Radicales del gremio de #taxistas de Madrid cortando el tráfico desde la #M40 en los accesos a #Ifema2019, con la complacencia de las fuerzas del orden. pic.twitter.com/eJnO1m3IyU
— Pedro Saldaña (@PedroSaldana) January 23, 2019
Con la de este 23 de enero, los taxistas de Madrid afrontan su tercera jornada de huelga indefinida, un paro que fue convocado siguiendo la estela de los taxistas de Barcelona, que ya suman seis días sin trabajar.
"Aquí vamos a estar hasta que se resuelva el conflicto", explica a Sputnik Rafael, un taxista que porta un chaleco amarillo frente al recinto ferial de Madrid.
Según argumenta, el sector del taxi ve la Feria Internacional de Turismo, que en 2018 atrajo a 245.000 visitantes, como una oportunidad de visibilizar su protesta.
Aunque la normativa vigente exige el ratio 1/30, los taxistas denuncian la existencia de un vacío legal que permite a las nuevas plataformas eludir su cumplimiento, dando lugar a una mayor proporción de licencias de VTC por cada licencia de taxi
"Estamos regulados, pasamos una serie de controles que ellos no pasan y cada vez vemos que hay más VTC, lo que reduce nuestra recaudación", relata Rafael.
Además, este taxista destaca que el problema ya no es solo el ratio de licencias, sino la falta de control sobre la actividad de los VTC, que en muchas ocasiones no se limitan a prestar un servicio precontratado como estipula la ley sino que buscan clientes por la calle, suplantando de forma directa la actividad del taxi.
Esta mujer de 50 años, que se compró la licencia de taxi por 117.000 euros en el año 2001 para huir de los empleos temporales, afirma que la situación actual del sector es "sangrante" por la proliferación de VTC.
"Hacen nuestro trabajo en paralelo. Incumplen la legislación mientras nosotros nos tenemos que someter a una regulación que a ellos no se les aplica", lamenta Carlos, un taxista con más de 25 años de experiencia en el sector.
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A su modo de ver, no basta con exigir el cumplimiento del ratio 1/30, sino que también se debe exigir a las autoridades la garantía de que las VTC cumplirán con su función tradicional de "ofrecer un coche exclusivo de gama alta con conductor privado para ofrecer servicios distintos al del taxi".
Carlos, que también porta un chaleco amarillo, explica que los taxistas tratarán en próximas concentraciones de convertir esta indumentaria en un símbolo de sus protestas.
Por su parte, Rafael explica que el chaleco proporciona una sensación de grupo que ayuda a mantener los ánimos durante la huelga, al poder identificar más rápidamente a los compañeros.
Preguntado por las acciones violentas contra conductores de Uber en los últimos días, Carlos lamenta lo sucedido y explica que, aunque siempre hay "energúmenos", la mayoría de los taxistas comprenden que los trabajadores de las VTC no son los culpables de la situación.
No obstante, también subraya que la gente está "harta" y que sobrellevar una huelga es muy difícil, por lo que le parece comprensible que haya momentos de tensión.
"Ojalá no tuviéramos que estar así", lamenta Laura, que pese a su aspecto inofensivo comprende que algunos de sus compañeros adopten medidas de protesta más drásticas porque "cuando te aprietan tanto al final pasan cosas que no deberían pasar".