"No creo que la idea de realizar un canje (…) contribuya a que las autoridades ucranianas vuelvan a cumplir estrictamente sus compromisos respecto a las actividades de los periodistas, esta idea puede solo inspirar a los que están dispuestos a usar a los periodistas como monedas de cambio para lograr sus fines nefastos", afirmó.
Vishinski, acusado por las autoridades ucranianas de alta traición y de apoyar a las milicias de Donbás, delitos que se castigan en Ucrania con penas de hasta 15 años de cárcel, fue detenido en mayo de 2018 y después un tribunal ucraniano ordenó su arresto por 60 días sin posibilidad de fianza.
Posteriormente la medida cautelar se prolongó en varias ocasiones, la última vez hasta el 27 de enero.
Durante una audiencia del juzgado, Vishinski pidió ayuda al presidente ruso, Vladímir Putin, y también declaró que renunciaba a la nacionalidad ucraniana.
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Putin, por su parte, enfatizó que Vishinski fue arrestado por estar ejerciendo su profesión y cumplir su función de periodista e instó al gremio y a las organizaciones internacionales de derechos humanos a actuar ante la "política inaudita y absolutamente inadmisible que aplican las autoridades ucranianas".
Caso Whelan
Lavrov añadió que la detención de Paul Whelan, acusado de espionaje, no tiene relación alguna con las suposiciones de que se busque un intercambio con detenidos rusos, ya que fue detenido in fraganti.
El titular de Exteriores ruso recalcó que Whelan "fue detenido en el momento de una acción ilegal concreta en el hotel".
Lavrov confirmó que un diplomático de Irlanda visitará este 16 de enero al detenido, quien también tiene las ciudadanías de EEUU, el Reino Unido y Canadá.
"Respecto a Whelan, ya le visitó el embajador de EEUU, John Huntsman, se espera que le visite el embajador o un diplomático de Irlanda, si no me equivoco eso casi que será hoy [el 16 de enero]", aseveró.
Además, Lavrov indicó que el hermano del detenido se encuentra en Rusia y no tiene queja alguna respecto a las condiciones de prisión preventiva de su familiar.
"Nuestros órganos competentes informaron de las circunstancias en que fue detenido el señor Whelan, aquí está su hermano, también está al tanto de la situación, al tanto de las condiciones de prisión preventiva del señor Whelan y según creo, no tienen ninguna queja al respecto", aseveró.
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El ministro de Exteriores ruso lamentó que ya se alcen voces a favor de imponer sanciones a Rusia debido a esta detención.
"Es muy lamentable que de algunos países europeos y desde Canadá se escuchen exigencias de liberarlo inmediatamente y que haya quienes amenacen con sanciones", dijo.
Además Lavrov llamó al Reino Unido a respetar los acuerdos internacionales al referirse al caso de Paul Whelan.
"Reino Unido se niega a cumplir la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas y hasta ahora no he escuchado que la embajada británica haya solicitado acceso a Whelan", dijo el canciller ruso.
Desde la embajada británica afirman que pidieron acceso consular al detenido el 3 de enero, día no laborable en Rusia, y dos días después recibieron una confirmación del Ministerio de Exteriores ruso.
El canciller ruso remarcó que hay más información sobre el caso Whelan que sobre el paradero de Serguéi y Yulia Skripal, los dos rusos que supuestamente fueron envenenados con una sustancia química en el Reino Unido en marzo de 2018 y actualmente están en paradero desconocido en ese país.
"Pronto se cumplirá un año desde que no solo no nos dan acceso (a los Skripal) pese a nuestras múltiples solicitudes que enviamos conforme a la Convención de Viena, sino que no los muestran ni tampoco no comunican dónde se encuentran", puntualizó.
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El canciller ruso instó al Gobierno británico a atender las solicitudes consulares y tener en cuenta los intereses recíprocos.
"Es inaceptable que se trate a Rusia como un país al que nadie le debe nada pero que debe a todos", apostilló Lavrov.
Whelan, de 48 años, entró en Rusia con documentos de identidad de EEUU y según algunos medios, había viajado a Moscú para asistir a una boda.
Las leyes vigentes en Rusia prevén una pena de 10 a 20 años de cárcel por el delito de espionaje.
Un tribunal de Moscú examinará la apelación contra el arresto de Whelan el próximo 22 de enero.