Documentos publicados en el sitio web especializado en registros desclasificados del gobierno, The Black Vault, aseguran que durante el proyecto secreto de 1963, los investigadores implantaron un dispositivo dentro de los cráneos de seis caninos y los guiaron a través de un campo abierto.
Según los documentos de la CIA, que se publicaron en 1965, los perros corrían, giraban y se detenían al tiempo que los científicos manipulaban sus cerebros con corrientes eléctricas.
"El objetivo específico del programa de investigación era examinar la viabilidad de controlar el comportamiento de un perro, en un campo abierto, mediante la estimulación eléctrica del cerebro remotamente", afirman los documentos.
Y añaden que "la eficacia de un sistema de este tipo depende de las propiedades de estimulación eléctrica administradas a ciertas estructuras profundas del cerebro del perro: el conocido efecto de recompensa y una tendencia a que dicha estimulación inicie y mantenga la locomoción en una dirección que se acompaña de un continuo aporte de estimulación".
Más tarde, la CIA probó con una nueva técnica quirúrgica mediante la cual "incrustaban el electrodo completamente dentro de un montículo de cemento dental en el cráneo", se dice en el documento.
El experimento era parte del notorio proyecto MKUltra, en el que la CIA proporcionaba a los seres humanos drogas psicotrópicas y los sometía a electrochoques para investigar sobre el control mental.