Según informó la Fiscalía en un comunicado, la operación pretende cumplir "11 órdenes de prisión", entre las que destaca la del presidente de honor de la escuela de samba, Jayde Soares, así como el secuestro de 20 millones de reales (cinco millones de dólares) de los sospechosos.
Las escuelas de samba de Río de Janeiro atraviesan una grave crisis; recientemente, el presidente de otra de las principales agrupaciones, Mangueira, el diputado Chiquinho da Mangueira, fue detenido acusado de desviar recursos públicos para financiar a su escuela.
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A los problemas de corrupción se suma la falta de recursos provenientes del Ayuntamiento de la ciudad, que desde que gobierna el obispo evangélico Marcelo Crivella hace dos años decidió cortar por la mitad la cuantía de las ayudas.
Para paliar la falta de aportaciones de las arcas públicas, el año pasado las escuelas de samba lograron el patrocinio de la empresa Uber, pero la semana pasada la compañía anunció que abandonaría el patrocinio del Carnaval, lo que se interpretó como una respuesta a los recientes escándalos de corrupción.
Como consecuencia, varias escuelas de samba paralizaron sus preparativos de cara al Carnaval, y piden ayuda alegando que su desfile en el Sambódromo es el principal reclamo de una fiesta que atrae a más de cinco millones de turistas cada año y genera un impacto millonario en la economía de la ciudad.
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