Los responsables locales explicaron que la posibilidad de salvar a los cetáceos era extremadamente baja.
En consecuencia, "lo más humano que se podía hacer por ellas era sacrificarlas", según explicó el representante del Ministerio de Conservación de Nueva Zelanda, Ren Leppens.
Los varamientos de ballenas son relativamente comunes en las costas neozelandesas. Pueden ocurrir cuando una ballena se desorienta o si tiene algún problema de salud y decide salir del mar por voluntad propia.
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Los 'suicidios masivos' de los animales normalmente tienen que ver con enfermedades, errores de navegación, cambios repentinos en las mareas, la persecución de depredadores o las condiciones meteorológicas extremas.