Según él, uno de estos pasos es aumentar la movilidad de las Fuerzas Nucleares Estratégicas de Rusia, ya que los misiles de crucero y balísticos de alcance medio son poco efectivos contra los sistemas nucleares móviles.
Sivkov destaca que las rutas para tales sistemas como Topol-M y Yars deben ser distintas en tiempos de guerra, puesto que en la actualidad están todas reglamentadas de acuerdo con el tratado START.
En cuanto a los misiles balísticos pesados que están emplazados en silos, como por ejemplo los Sarmat, lo único que se puede hacer es mejorar sus defensas. Para ello harían falta tener más sistemas de defensa aérea y de lucha radioelectrónica en las cercanías de estos silos.
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Otra sugerencia de Sivkov consiste en resucitar la idea de los complejos de misiles sobre ferrocarriles, lo cual aumentaría la movilidad de los misiles estratégicos rusos de alcance medio y de clase pesada.
Lo mismo se aplica a la sostenibilidad de combate del sistema de mando de las fuerzas nucleares estratégicas, que debe ser más móvil para disminuir su vulnerabilidad ante un posible ataque.
Sin embargo, no basta con simplemente aumentar la capacidad de contraatacar: también hay que ver más lejos. Para ello Sivkov dice que habría que aumentar el número de aviones de alerta temprana, ya que de momento son demasiado pocos en Rusia.
"Sin duda alguna, todo lo propuesto tendrá un alto coste, pero la defensa de la soberanía nacional y la defensa contra las amenazas del Occidente a priori no son algo barato", comentó el experto.
No obstante, los gastos para una respuesta asimétrica serán considerablemente inferiores y más efectivos que en el caso de una respuesta simétrica, concluyó el experto militar.
El Tratado INF, firmado por Washington y Moscú en 1987, no tiene fecha de caducidad y prohíbe a las partes disponer de misiles balísticos terrestres o misiles de crucero con un radio de acción de entre los 500 y los 5.500 kilómetros.
Rusia y EEUU se han acusado mutuamente en varias ocasiones de desarrollar sistemas que violan este pacto. Sin embargo, el propio presidente ruso Vladímir Putin dejó claro en su mensaje anual ante la Asamblea Federal (Parlamento bicameral) en marzo de 2018, que todos los desarrollos militares de Rusia tienen un perfil netamente defensivo.
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