La situación de Adnan, de 40 años y padre de siete hijos, se va deteriorando y ha comenzado a vomitar sangre, reveló su familia.
Oriundo de Araba, un pueblo cercano a Yenín, en el norte de la Cisjordania ocupada, asegura que continuará con la huelga de hambre hasta que consiga la libertad.
Las autoridades carcelarias lo han sometido a distintos castigos sin conseguir que abandone su actitud.
Se le ha aislado, se le ha cambiado de una prisión a otra y se la he privado de visitas, sin ningún resultado.
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La próxima vista en el tribunal militar del norte de Cisjordania se ha pospuesto hasta el 29 de octubre.
Adnan ya pasó con anterioridad por las cárceles israelíes y esta es su tercera huelga de hambre desde 2012.