El nuevo cultivo fue alterado a través de un proceso biotecnológico para obtener "mejores posibilidades comerciales de la oleaginosa", dado que reduce las pérdidas que causa la falta de irrigación, señala el texto.
La característica HB4, componente de la nueva soja, fue desarrollada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, dependiente de la Secretaría de Ciencia.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó ya el HB4, mientras que China, el principal destino de las exportaciones sojeras argentinas, se encuentra en proceso de autorizarlo.
"El nuevo desarrollo brindará una ventaja real para los productores al disminuir las pérdidas de rendimiento sin prescindir de opciones para el control de malezas", afirmó el Gobierno argentino.
Argentina sufrió entre octubre de 2017 y marzo de este año la peor sequía de los últimos 50 años.
La ausencia de lluvias hizo mermar en 8,7 millones de toneladas la previsión estimada de la cosecha de la soja, principal cultivo del país austral, de acuerdo a un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.