"Esta tormenta es implacable e insoportable. Probablemente no haya un condado o una persona que no se vea afectada de alguna manera por esta tormenta tan masiva y violenta", afirmó el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, a CNN.
Pese a que dejó de tener la fuerza un huracán cuando tocó tierra, meteorólogos consideran que el lento avance de la tormenta de más de 550 kilómetros de largo a través de Carolina del Norte y Carolina del Sur (estados al sureste de Estados Unidos) podría dejar a la mayor parte de la región bajo el agua en los próximos días.
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