"Debemos trabajar con todos los colegas, independientemente de los problemas que tengamos en nuestras relaciones", aseguró en una entrevista con la cadena Rossiya 1.
Lavrov subrayó que "Rusia no es de los países que se dan por ofendido y cesan los contactos si alguien dice algo poco correcto de ellos".
El ministro aseguró que no duda de que en EEUU hay varios políticos que "se percatan perfectamente de la anormalidad de la situación actual cuando cada medida se examina del punto de vista del impacto que tendrá entre los rusófobos".
"Considero que es tan solo una página triste de la historia estadounidense", recalcó.
El aumento de las sanciones, aseveró el canciller, solo daña las relaciones bilaterales.
"No es la primera vez que subrayamos que el permanente incremento de la presión de las sanciones sin ningún argumento que se presente a favor de esas restricciones es contraproducente y lleva las relaciones a un atolladero".
Rusia, realzó, siempre está abierta a "un diálogo basado en el respeto mutuo y en la consideración de los intereses de cada uno".
Desde 2016, en Estados Unidos se investiga la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales norteamericanas de aquel año.
En particular, las pesquisas buscan comprobar la teoría de que el entonces candidato republicano Donald Trump tuviera contactos secretos con el Kremlin durante la campaña electoral, y que Moscú intentara de alguna manera influir en los resultados de los comicios mediante ciberataques.
Tema relacionado: EEUU resucita los demonios de la Guerra Fría
Las autoridades de Rusia han negado cualquier interferencia en los comicios extranjeros.
El Kremlin ha dicho en repetidas ocasiones que las acusaciones son "absurdas" y representan un intento de desviar la atención de los asuntos domésticos de EEUU.