"El ARB encontró que los sistemas y procedimientos de seguridad del Departamento de Estado fueron en términos generales adecuados e implementados apropiadamente, aunque hubo vacantes significativas de personal de seguridad y algunos desafíos relativos a la comunicación y al intercambio de información", informó el Departamento de Estado en un comunicado.
En referencia a la rendición de cuentas, el texto destaca que no había un alto funcionario designado como responsable de responder a los ataques, lo que "tuvo como resultado una comunicación ineficiente con los empleados e impidió la coordinación entre el Departamento y otras agencias".
Asimismo, en términos de coordinación entre las agencias, el ARB concluyó que la información interagencia debe ser mejorada para un mejor entendimiento del problema y de esta manera poder brindar respuestas iniciales de forma más coordinada.
El documento destaca además la falta de recursos sanitarios para un seguimiento a largo plazo de este tipo de incidentes.
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El Departamento de Estado destacó que ya implementó al menos la mitad de las recomendaciones hechas por el ARB, y que "está trabajando activamente para aplicar el resto" de las sugerencias.
"El Departamento está comprometido a trabajar con las otras agencias y el Congreso, como corresponde, para resolver los asuntos relacionados a los inexplicables incidentes de salud ocurridos en Cuba", señala el comunicado.
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EEUU expulsó además a 17 funcionarios diplomáticos cubanos de Washington, en octubre de 2017, poniendo en riesgo la marcha de las gestiones consulares y migratorias entre ambos países.
A su vez, el Departamento de Estado mantiene la decisión de que los ciudadanos cubanos tramiten sus solicitudes de visas para viajar a EEUU a través de un tercer país.