Atenas y Skopie suscribieron en junio pasado un acuerdo histórico que intenta poner fin a la disputa sobre el nombre de la antigua república yugoslava, que pasaría a llamarse República de Macedonia del Norte.
La Asamblea de Macedonia (parlamento unilateral) convocó para el 30 de septiembre un referéndum consultivo sobre el cambio de nombre del país.
El canciller Dimitrov dijo la víspera en el Parlamento Europeo que, tras la entrada del acuerdo en vigor, los ciudadanos "se llamarán macedonios, y la lengua se llamará macedonia", lo que indignó a Grecia.
"Los representantes de Skopie, el primer ministro y el ministro de Exteriores, socavan todos los intentos de encontrar solución por sus declaraciones provocadoras. La referencia a "la nación macedonia" es contraria a cualquier acuerdo", afirmó Kamenos en la reunión informal de los ministros de Defensa en Viena.