El hecho sucedió el 30 de agosto de 2003, cuando el submarino era remolcado rumbo a su desguace, a bordo de la nave había diez tripulantes, nueve de los cuales perdieron la vida.
El submarino nuclear K-159 se inscribe dentro del proyecto 627A Kit, o November, según la clasificación de la OTAN.
La nave fue construida en 1963 en la empresa Sevmash de Severodvinks, y contaba con dos reactores nucleares del tipo agua-agua y dos turbinas de vapor.
Durante su servicio el submarino realizó nueve travesías autónomas y recorrió más de 200.000 millas.
En 1970 se llevó a cabo la recarga de la zona activa del reactor de popa y en 1972 del reactor de proa.
En el momento del cese definitivo del trabajo de los reactores en 1988 la combustión de las zonas activas de los reactores era del 95 por ciento de la proyectada.
En 1989 el submarino fue retirado y trasladado al centro de reciclaje Gremija en la región de Múrmansk, donde los reactores fueron conservados para garantizar un estado seguro.
Todos los cables de alimentación a las bombas del primer circuito de los reactores fueron cortados.
El remolque del K-159 al astillero comenzó el 28 de agosto de 2003.
A bordo se encontraban diez tripulantes, ya que durante el tiempo que el submarino estuvo almacenado algunas partes se oxidaron y durante el remolque podrían surgir determinadas dificultades.
Los marineros velaban por los niveles de agua, surgimiento de brechas u otros problemas.
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El submarino era remolcado sobre la superficie con ayuda de cuatro pontones que lo mantenían a flote y un remolcador SB-406.
El equipo de remolque también incluía al navío de rescate Pamir.
El remolcador mantenía un contacto estable con la tripulación del submarino, realizando enlaces cada una hora.
La operación de remolque estaba a cargo del capitán Serguéi Zhemchúzhnov.
A las 17.00 del 29 de agosto la mar comenzó a picarse.
Según las instrucciones, el remolque debía realizarse con vientos que no superasen los dos grados, y en caso de empeoramiento de la situación climática, el grupo debería buscar refugio.
En esos momentos la caravana se encontraba cerca de la bahía Vostochni Kildin, donde teóricamente se podía capear el temporal, pero para realizar la maniobra de modo seguro se necesitaba al menos otro remolcador, ya que se corría el riesgo de hundir no solo el submarino, sino también al propio remolcador.
Por ello, tras coordinar con el guardia operativo de turno de la Flota del Norte, el capitán continuó la operación de remolque.
Alrededor de las 0.30 del 30 de agosto desde el submarino informaron que las olas rompieron los cables que unían los pontones delanteros al submarino.
Poco después el temporal rompió los dos cables de popa.
El submarino se hallaba en el mar de Barents a tres millas al noroeste de la isla Kildin, con un temporal entre 4 y 5 grados.
Aproximadamente a la 1.10 los marinos informaron de entrada de agua en la popa del submarino.
El capitán Zhemchúzhnov ordenó a la tripulación hermetizar los compartimentos y crear presión positiva para impedir la entrada de agua.
Poco después desde el K-159 informaron que la maniobra era imposible debido a problemas técnicos; el capitán ordenó a la tripulación prepararse para su evacuación y reunirse en el tercer compartimiento, sobre el cual se hallaba la escotilla de salida.
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Al mismo tiempo ordenó a los capitanes del SB-406 y el Pamir preparar las lanchas para la evacuación de los marineros.
A las 2.25 la tripulación informó que la situación empeoró bruscamente y recibió la orden de salir del submarino y en caso de un accidente abandonar la nave por sus medios.
En ese momento las lanchas de rescate ya estaban listas para el rescate.
El último reporte del K-159 llegó a las 2.45, cuando los marinos informaron de un cambio de inclinación del submarino de 10 grados, lo cual indicaba el hundimiento del submarino.
Cinco minutos después se apagaron las luces de proa y popa, y alrededor de las 3 de la madrugada se perdió todo contacto visual con el submarino.
En la búsqueda también participaron dos helicópteros de la aviación naval y un avión IL-38.
Durante la búsqueda fueron hallados tres tripulantes, dos de los cuales fallecieron y otro sobrevivió.
Posteriormente se estableció que el submarino se hundió a una profundidad de 238 metros.
Pese a que la zona del accidente fue rastreada en reiteradas ocasiones, no se halló el cuerpo de ningún otro tripulante.
El 31 de agosto fue declarado duelo en la región de Múrmansk y en todas las unidades de la Flota del Norte.
La Brigada de Investigaciones de la Fiscalía Militar Principal de Rusia que se encargó de las pesquisas en torno a este accidente, abrió una causa penal contra el capitán Serguéi Zhemchúzhnov por la muerte de los tripulantes.
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Además, por orden del ministro de Defensa de Rusia, el capitán fue retirado.
Sin embargo, durante las investigaciones se determinó que la comandancia de la Flota del Norte también cometió graves errores, lo cual costó el puesto al comandante de esta entidad militar, almirante Guennadi Suchkov, quien posteriormente fue condenado a cuatro años de privación condicional de libertad.
En diciembre de 2003, y posteriormente en 2004 y 2005 se llevó a cabo el monitoreo de la situación radiológica en la zona del incidente.
Posteriormente se realizaron monitoreos de la situación radiológica en 2007, en el marco del proyecto de la organización de la Cooperación Militar Ártica sobre medio ambiente (AMEC), y en 2014, a cargo de una expedición ruso-noruega.
Los datos demostraron que hasta el momento no hay escape alguno de sustancias radiactivas.
No obstante, el K-159 representa un grave peligro potencial de contaminación radiactiva, el submarino no dispone de barreras adicionales entre los reactores y las aguas del mar, lo cual incrementa el riesgo de una contaminación.
Debido a que el submarino se hundió accidentalmente, no estaba preparado para la ocasión, sin embargo, el primer circuito del reactor conserva su hermeticidad.
El submarino se hundió en la salida del golfo Kolski, cerca de varias rutas marítimas y zonas de pesca.