Pero esta vez Washington ha logrado superarse a sí mismo. Así, según declaró la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, EEUU busca con estas nuevas sanciones ni más ni menos que "mejorar la conducta" de Rusia y las relaciones con Moscú.
"El presidente de EEUU, Donald Trump, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, han declarado que quieren mejorar las relaciones con las autoridades rusas. Entendemos que hay muchos asuntos que son motivo de preocupación común", afirmó.
Nauert subrayó que en esta situación, Washington se ve obligado a discutir con los otros gobiernos y "hacer que las autoridades rusas mejoren la conducta" a través de las sanciones.
El 8 de agosto, Washington adoptó nuevas sanciones contra Rusia tras el ataque contra el exagente doble ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia, que tuvo lugar el 4 de marzo en la ciudad británica de Salisbury. Está previsto que las restricciones entren en vigor el 22 de agosto.
Sin embargo, el informe no da explicaciones de cómo Washington llegó a tales conclusiones si la investigación de este caso ni ha terminado en el propio Reino Unido, el país donde se produjo el incidente.
Serguéi Skripal —exoficial de la inteligencia militar rusa reclutado en la década de los 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado británico— y su hija Yulia fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en Salisbury (Reino Unido).
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Moscú ha asegurado en reiteradas ocasiones que no tiene nada que ver con la intoxicación de los Skripal y califica de "infundadas" todas las acusaciones.