Así, de acuerdo con el columnista de The National Interest, Steve Weintz, bastará con cortar los cables de fibra óptica que pasan por el fondo del océano para causar una sería disrupción en las comunicaciones del enemigo.
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Ello se debe al hecho de que la inmensa mayoría de los datos es transferida a través de dichos cables subacuáticos y en realidad solo una pequeña parte de los datos pasan por los sistemas de satélites, explica el autor.
A consecuencia de ello se cancelaron todos los vuelos de aviones, no funcionaban los cajeros en las tiendas, y no hubo conexión de internet ni de teléfono. Más tarde, un barco especializado de Taiwán reparó el cable, pero el incidente mostró la cantidad de problemas que puede ocasionar perder la conexión.
Por lo cual, el columnista está convencido que en caso de surgir un conflicto, uno de los lados puede deshabilitar al enemigo cortando los cables de alta velocidad. Ello se puede hacer en las profundidades marinas o en los lugares donde dichos cables salen a la costa, haciéndolos especialmente vulnerables.
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Según explica, para poder hacer algo así solo hace falta tener aparatos submarinos de aguas profundas.
La Unión Soviética realizó un intenso trabajo para desarrollar su capacidad de llevar a cabo operaciones en aguas profundas y Rusia heredó sus logros. Una de las últimas demostraciones en este aspecto fue la exploración del fondo ártico con la consecuente colocación de una bandera rusa a una profundidad de 4.000 metros, informa.
No es la primera vez que se discute la supuesta amenaza rusa para los cables de internet. No obstante, a pesar de las declaraciones alarmistas, los expertos en comunicaciones afirman que la posibilidad resulta ser mucho menos aterradora de lo que se imaginan los militares.
En cuanto a la propia 'amenaza rusa' tan regularmente mencionada, los analistas destacan que destruir los cables informáticos representaría un inconveniente aún más notable para el país, ya que muchos contenidos de EEUU están disponibles en servidores locales en Norteamérica, así que en tal escenario improbable los propios rusos se verían desconectados.
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