El Ministerio de la Mujer y el Desarrollo de la Infancia de India ha ordenado investigar todos los centros de acogida de mujeres solteras embarazadas gestionados por las Misioneras de la Caridad, orden católica creada por la Madre Teresa de Calcuta en 1950, ante la sospecha de tráfico de bebés, informa The Guardian.
La congregación dejó de dedicarse a las adopciones en la India en 2015, tras la aprobación de una reforma gubernamental que permitía a personas solteras, divorciadas y separadas adoptar niños.
"Tomando nota de los recientes casos de adopciones ilegales realizadas por las Misioneras de la Caridad en Jharkhand, Maneka Gandhi [la ministra de la Mujer y la Infancia] ha instado a los estados a inspeccionar inmediatamente todas las casas de acogida de niños gestionadas por las misioneras", afirma el comunicado del ministerio.
"Si encontramos una casa que opera ilícitamente, tomaremos medidas firmes", afirmó Kujur, que agregó que se habían descubierto cuatro bebés vendidos por una miembro de la orden.
Según medios locales, la orden de la Madre Teresa gestiona hasta 30 centros de acogida de mujeres solteras embarazadas y huérfanos. Los responsables de la orden han rechazado comentar la declaración del ministerio, aunque hace unas semanas constataron que están "completamente conmocionados por lo que ha ocurrido en nuestra casa de acogida de Ranchi".
"Nunca debía haber sucedido. Va en contra de nuestras convicciones morales. Estamos estudiando detenidamente la cuestión", aseguraron ante la prensa.
Algunos políticos opinan que la directiva forma parte de una agenda anticristiana del grupo nacionalista hindú Partido Popular Indio —BJP, por sus siglas en hindi—, que actualmente gobierna el país.
La miembro del Politburó del Partido Comunista de la India Brinda Karat declaró que esta decisión es una "táctica deliberada para dañar a la Madre Teresa y a las Misionarias de la Caridad".
Entre 2016 y marzo de 2018 han tenido lugar solo 2.671 adopciones, aunque la lista de espera supera los 12.000 solicitantes, debido a que se trata de un proceso lento y difícil. Como consecuencia, ha florecido un lucrativo mercado negro del que ni siquiera se saben sus dimensiones.
En febrero de 2017, la Policía de Bengala Occidental, estado fronterizo con Jharkhand, cerró un centro de adopción acusado de haber vendido hasta 17 menores a parejas de Europa, Estados Unidos y Asia.