"En este caso, tiendo al hecho de que hubo un problema con la parte material. El problema podría haber surgido en el motor o en el sistema de control", dijo a Sputnik un miembro del Presidium de la organización Oficiales de Rusia, el primer vicepresidente de la Sociedad Rusa de Amistad con Cuba, el mayor general Mijaíl Makaruk.
"Los cubanos tienen una buena red de suministro de componentes y repuestos. Otra cosa es que perfectamente podría haber sido el desgaste de la parte material. Excluyo la posibilidad de una explosión o sabotaje, Cuba tiene un alto nivel de control sobre la seguridad de los vuelos", destacó Makaruk.
En su opinión, el lado técnico podría haber tenido un papel importante en la catástrofe. Se trata de un avión pesado con mucho combustible, al cual su gran masa no le permite maniobrar. Los pilotos podrían haber intentado aterrizar, pero el avión cayó por su propio peso y podría haber tocado la línea de alta tensión.
"Es importante que el avión sea viejo. Aunque es confiable en sí mismo, la fatiga del metal podría haber provocado un desastre", cree el piloto.
Una opinión similar es compartida por Serguéi Melnichenko, director general de una agencia de consulta y análisis sobre la seguridad de los vuelos.
En cuanto a la seguridad de los vuelos, según dijo a Sputnik Melnichenko, "los aviones peligrosos no vuelan". Si el avión despegó entonces se consideraba bastante seguro.
El 18 de mayo, una aeronave de la aerolínea Cubana de Aviación que cubría la ruta La Habana-Holguín y llevaba 110 personas a bordo se estrelló pocos minutos después de despegar del aeropuerto internacional de José Martí de La Habana.