"Hay dos obispos que tenían algunas situaciones personales, los demás estamos todos en la misma línea", dijo Pellegrín a los medios chilenos en conferencia de prensa.
Sin embargo, minutos después el obispo Pellegrín aterrizó en Chile y conversó con los medios de ese país, afirmando que el obispo de Aysén (sur), Luis Infanti, y el obispo castrense, Santiago Silva, no renunciaron.
"Uno es porque pertenece a otra línea del episcopado, el obispo de Aysén, que tiene una situación de dependencia de la congregación Propaganda Fide, y el otro es el obispo castrense, que por razones de su compromiso a nivel nacional, no lo hizo", afirmó Pellegrín.
"Si bien yo soy obispo solo hace doce años, y no era obispo cuando se dieron algunos de estos escándalos, asumo con responsabilidad en comunión con el resto de la Iglesia de Chile, esta necesidad de apoyar al Santo Padre", agregó.
También: Víctimas chilenas de abuso sexual: "El papa Francisco nos pidió perdón"
Por último, aclaró que poner sus cargos a disposición no significa "dejar de ejercer nuestro rol como obispos en nuestras diócesis".
"Esto no significa que no haya obispos en Chile, esa no es la situación", cerró.
Los sacerdotes chilenos viajaron al Vaticano convocados por el Papa para esclarecer las causas de los abusos sexuales en el país, y en particular para analizar las responsabilidades en los delitos cometidos por el exsacerdote Fernando Karadina, condenado por el Vaticano en 2011 por abuso contra menores de edad.