"El fenómeno de las drogas y su constante evolución ha significado un impacto en la salud y seguridad pública, por lo que se requiere construir sinergias basadas en la cooperación tanto nacional como internacional", dijo el procurador general interino, que ocupa el cargo tras la renuncia de Raúl Cervantes en octubre de 2017.
Elías Beltrán, cuyo cargo original es de subprocurador de Asuntos Internacionales, dijo a sus colegas en la sesión dedicada a examinar el problema del narcotráfico en la zona sureste del país, que los fiscales provinciales "deben sumar capacidades para entender el complejo fenómeno de las drogas, desde su producción hasta su consumo, así como conocer los delitos y efectos negativos vinculados", según la presentación difundida a la prensa por su despacho.
Recomendó a los procuradores y fiscales de las 32 entidades del país que diseñen estrategias conjuntas para "atender el problema de la oferta y la demanda de drogas en los ámbitos local y federal" compartiendo información, que hasta la fecha es parcial, uno de los grandes problemas del combate al crimen organizado en el país latinoamericano.
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Con ese fin, propuso "crear una base de datos nacional con información de diversos estupefacientes, así como de aseguramientos, detenciones, tipo de narcótico incautado y forma de ocultamiento, entre otros indicadores".
Una política de drogas del Estado mexicano, debería estar "basada en evidencia que ponga siempre al ser humano en el centro de las acciones", puntualizó.
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Los fiscales de las provincias pidieron fortalecer la infraestructura y equipamiento, "así como generar capacitación permanente de los operadores jurídicos".
Según la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, en inglés), las ganancias por el tráfico de drogas desde México son de unos 30.000 millones de dólares al año.
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Además de la falta de un mando único de todas las policías locales, provinciales y ministeriales del país, la polémica está centrada en el despliegue de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, en una guerra frontal que ha dejado más de 200.000 muertos y 35.000 desaparecidos, según cifras oficiales.