No obstante, los riesgos del embargo de petróleo para Rusia son más bajos que para Irán, señala el investigador de la Academia de Comercio Exterior de Rusia, Alexandr Zotin, citado por el diario Kommersant.
Esta cifra es tres veces y media superior a las exportaciones de Irán, incluso en sus mejores tiempos. Además, Rusia es el mayor exportador de gas del mundo.
El principal consumidor de sus hidrocarburos es la Unión Europea. Más del 80% de las exportaciones de petróleo y el 70% de las exportaciones de gas acaban en Europa. Dicho de otra forma, las importaciones de hidrocarburos de Rusia a la UE suponen poco menos de un tercio del total continental.
La dependencia de Europa a los suministros rusos es mucho más fuerte que la que pudo existir con Irán. Hasta la llegada de las sanciones, la participación de Irán en las importaciones de petróleo a Europa ascendía a un 5%.
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En este contexto, es poco probable que el mundo —especialmente Europa— renuncie a los suministros rusos de hidrocarburos, afirma el periodista. Si esto pasara, sería inevitable un fuerte aumento de los precios del petróleo y los consiguientes graves problemas logísticos para la importación y el refinamiento de crudo en Europa, ya que muchas refinerías europeas acostumbran a trabajar solo con la variedad de petróleo rusa Urals.
Pese a ello, el periodista subrayó que en caso de que se introduzca el embargo, Rusia sería más vulnerable desde el punto de vista logístico que Irán.
Teherán ha estado bajo sanciones de distintos tipos desde hace casi 40 años y ha alcanzado cierta perfección en los esquemas para burlar el embargo. Rusia prácticamente carece de esa experiencia: las primeras sanciones económicas se introdujeron solo en 2014 y no tiene un 'agente', cómo es el caso de Dubái para Irán.
En segundo lugar, Rusia, incluso más que en el caso de Irán, depende del mercado europeo. Europa representa casi tres cuartas partes de todas las exportaciones petroleras rusas. Si este canal de ventas se cierra, será mucho más difícil para Moscú poderlo reemplazar.
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En tercer lugar, alrededor del 40% de las exportaciones de petróleo y casi el 100% de las exportaciones de gas de Rusia pasan por tuberías. En Irán, por su parte, casi el 90% de los suministros de petróleo externos se realizan a través de tanques petroleros —es decir, por vía marítima—. Y este último es un método de exportación mucho más flexible: una cisterna, a diferencia de un oleoducto o un gasoducto, se puede enviar a cualquier parte del mundo. Lo cual, por supuesto, ayuda a eludir las sanciones.