Antes del inicio de la batalla de Berlín, el Ejército Rojo consiguió rodear la ciudad gracias a sus victorias en las batallas de las colinas de Seelow y Halbe. Durante los primeros días de la batalla, los soviéticos avanzaron rápidamente a través de las calles de Berlín hasta llegar al centro de la ciudad. Ahí se libraron feroces combates cuerpo a cuerpo y casa por casa.
El 30 de abril, Adolf Hitler, el fuhrer del Tercer Reich, se suicidó, al igual que muchos de sus altos cargos y seguidores. Sin embargo, los combates por la ciudad continuaron hasta el 8 de mayo —9 de mayo en la Unión Soviética— cuando el recién instituido presidente Karl Donitz firmó la capitulación definitiva.
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La Gran Guerra Patria —la guerra soviética contra la Alemania nazi de 1941-1945— supuso un duro golpe para la Unión Soviética y la perdición para el Tercer Reich. Las batallas más feroces de la Segunda Guerra Mundial se libraron en suelo soviético y 8 de cada 10 soldados nazis perdieron su vida contra el Ejército Rojo.